A más de 1.000 kilómetros de la casa de la familia Joaquín Oliver, un joven venezolano que murió en un tiroteo en una escuela de Parkland, Florida, un barranquillero está transformando la seguridad personal con su empresa de morrales blindados y otros artículos.
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Frank Stewart, quien siempre tuvo una pasión por las armas y sirvió en el Ejército de Colombia, llegó a Estados Unidos para estudiar negocios. Allí se enamoró, se casó y fundó una empresa que inicialmente fabricaba vehículos blindados para las guerras de Irak y Afganistán.
“Siempre me han gustado las armas, pues las armas la verdad en sí no cometen los crímenes, son las personas que mal utilizan un arma y cometen un crimen”, aseguró Frank Stewart, CEO de Premier Body Armor, en Los Informantes.
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Uno de los proyectos más preciados de Stewart es un prototipo de vehículo de asalto que diseñó para una licitación que no ganó, pero que aún conduce por placer. Sin embargo, con el fin de las guerras, hace aproximadamente 11 años Stewart y su equipo comenzaron a diversificar su producción, enfocándose en la seguridad dentro de Estados Unidos.
Ahora, vende desde chalecos blindados para la cerveza, billeteras y placas de una fibra sintética muy resistente para convertir los morrales de los niños en escudos antibalas para todos los tamaños. Vende un promedio de 10.000 paneles antibalas para morrales al año.
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¿Cuál es la probabilidad de que estos morrales blindados salven vidas?
El lema de Stewart es "mejor prevenir que lamentar" y, por ello, se ha enfocado en la seguridad que brindan sus productos.
Aunque la probabilidad de encontrarse en una situación de tiroteo es baja, el barranquillero cree firmemente en la importancia de estar preparado. "La posibilidad de salvarle la vida a alguien es 100%", afirma.
Según Stewart, sus productos no solo protegen físicamente, sino que también tienen un impacto psicológico positivo. Conmovido le contó a Los Informantes que en Carolina del Sur “había una niña a la que le hacían bullying, la mamá no sabía qué hacer y le compró el ‘backpack panel’ y esa niña llegó a su colegio y se sentía protegida”.
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Cada vez que ocurre un tiroteo en una escuela de Estados Unidos, las ventas de los productos de este empresario barranquillero se disparan. "Cuando hay una noticia de un tiroteo, esa noche nos preparamos porque a la mañana siguiente recibimos cantidades de órdenes en línea", comenta Stewart.