Las uniones tempranas y el matrimonio infantil son un círculo vicioso que deja madres cabeza de hogar desescolarizadas, violentadas emocional y psicológicamente y la repetición, sin parar, de la pobreza. Los Informantes conoció el testimonio de una mujer que se casó a los 14 años y quedó embarazada a los 15. Además, consultó a expertas en el tema.
La vida de Katia Bustamante ha estado marcada por la pobreza y la violencia. Su testimonio revela cómo el matrimonio infantil roba las oportunidades de las niñas, dejándolas atrapadas en un ciclo de desescolarización y vulnerabilidad.
“Lo más duro ha sido enfrentar ser madre adolescente... el papel de madre aún sin saber nada”, confesó Katia, mientras intenta retomar sus sueños perdidos gracias a la Fundación Juanfe.
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“Una niña que es obligada a estar un matrimonio infantil y tiene abuso sexual permanente muy seguramente va a tener síndrome postraumático y conlleva también a depresiones, intentos o ideación suicida”, señaló Catalina Escobar, directora de la fundación Juanfe.
La violencia, la delincuencia o el suicidio es para muchas mujeres una salida al matrimonio infantil y todas las implicaciones que esta problemática tiene.
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“Encontramos que el 43% de las personas privadas de la libertad son hijos de madres adolescentes”, añadió Escobar para dimensionar las consecuencias del matrimonio infantil en la sociedad.
Catalina Escobar, experta en el tema, es fundadora de la Juanfe, un proyecto que se ha convertido en su propósito de vida. La Fundación rompe los círculos de pobreza a madres adolescentes vulnerables, allá llegan mujeres deprimidas, perdidas, solas y siempre con un bebé. Muchas después de haber convivido con hombres mucho mayores que ellas.
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"En Colombia, cuando una niña es pobre, tiene menos de 15 años y queda embarazada tiene un 86% de probabilidad que antes de los 20 va a tener tres hijos”, afirmó Catalina sobre la relación del matrimonio infantil y el embarazo adolescente.
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Son niñas, no esposas
Catalina es una de las más entusiastas impulsoras para que el Congreso de la República elimine el matrimonio infantil y las uniones tempranas, aunque aún falta el debate definitivo, parece que esta vez sí será una realidad.
El proyecto de ley ‘Son niñas, no esposas’, propuesto por las congresistas Alexandra Vásquez y Jennifer Pedraza, además de buscar que se elimine del Código Civil, también pretende garantizar que las menores de edad puedan acceder a oportunidades que les permitan desarrollarse plenamente.
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Profamilia también impulsa esta iniciativa para que se modifique la legislación y otras leyes para que la edad mínima para casarse o declarar la unión conyugal sea de 18 años.
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“¿Qué preparación tiene una niña a los 14 años para encargarse de un hogar, encargarse de una familia, hacerse responsable de su salud, de su alimentación? Debemos tener un marco legislativo que las proteja para que puedan ejercer su niñez”, aseguró a Los Informantes Marta Royo, directora ejecutiva de Profamilia.
La aprobación de este proyecto puede marcar un hito en la lucha por los derechos de las niñas y adolescentes en Colombia, ya que significaría que los menores tengan la oportunidad de vivir plenamente y se garanticen sus derechos.
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Mientras se desarrolla el debate faltante de este proyecto de ley, el testimonio de Katia resalta la urgencia de erradicar una práctica que perpetúa la desigualdad, la violencia y la pobreza de las menores de edad en Colombia.
Reviva la historia completa de Los Informantes acá:
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