La moda se ha convertido en un símbolo de cambio con Manifiesta, una marca de ropa que ofrece segundas oportunidades a excombatientes de las FARC. Sus centros de producción están ubicados en zonas del país donde es más fácil encontrar vestigios de la guerra que telas o máquinas de coser. Un equipo de Los Informantes se sumergió en los talleres para conocer a quienes están detrás de esta iniciativa transformadora.
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Luz Marina Cortés y Gonzalo Beltrán son dos trabajadores que ahora forman parte de este gran proyecto que transforma vidas. Nunca se habían imaginado poder salir del otrora grupo guerrillero, ya que una de sus reglas principales era que quien se unía a sus filas se quedaba en ellas de por vida.
“Yo no sabía que era una paleta de color, que era una tendencia...Yo a veces llegó a este taller solo a visitarlo, porque estoy enamorado del proyecto”, aseguró Gonzalo Beltrán, quien cambio un arma por una máquina de coser.
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Todas las piezas que producen son elaboradas por antiguos guerrilleros de las extintas FARC. Los talleres de Manifiesta están ubicados en zonas donde la guerra dejó profundas cicatrices. Hombres y mujeres han encontrado en la industria textil una oportunidad para cambiar su futuro y alejarse de la violencia.
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En Icononzo, Tolima, se encuentra uno de los talleres que emplea a varios excombatientes. Sin embargo, los habitantes aseguran que no les fue fácil encontrar trabajo luego de su desmovilización.
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Empleo y oportunidades para excombatientes
La bogotana Ángela María Herrera, de 30 años, es una de las creadoras de la marca de moda y se describe a sí misma como una empresaria por la paz. Es politóloga de la Universidad Nacional, pero su sueño siempre fue emprender con una marca de ropa hecha en Colombia.
“En un principio decíamos que Manifiesta da segundas oportunidades. Conociendo de fondo las historias de los excombatientes y de las víctimas del conflicto, nos dimos cuenta de que incluso estábamos dando primeras oportunidades. Eran personas que nunca habían tenido un acceso a un empleo“, mencionó Ángela María Herrera, creadora de Manifiesta.
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Han pasado 7 años desde que Manifiesta vendió su primera colección de ropa. La marca se ha convertido en proveedora de grandes empresas y ha desfilado en Colombiamoda, la feria de moda más reconocida del país. Hace poco fue elegida en una encuesta de cifra y conceptos como una de las 30 empresas más admiradas de Colombia.
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“’No le decían ¿usted está loca?’ Un poco, sí, pero yo era como ‘inténtalo, pero vas a quebrar. Nadie quiere ropa hecha por firmantes del acuerdo de paz’”, agregó Ángela Herrera.
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Manifiesto de paz
Los primeros insumos fueron comprados con la ayuda económica de algunos habitantes de la zona. Con ello, consiguieron las máquinas de coser y una pequeña bodega para almacenar todos los materiales necesarios para la confección de las prendas.
La mayoría de los trabajadores no tenían experiencia en costura ni en moda, pero tomaron cursos para contribuir a su reincorporación y empleo. “Yo creo que muy rápido construimos esa confianza, que al final se traduce en mucho amor y cariño”, concluyó.
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La labor social de Manifiesta no solo consiste en trabajar con excombatientes, sino que también fabrican ropa y morrales que le donan a los niños de las escuelas cercanas a sus centros de producción.
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Esta marca no solo se ha convertido en una fuente de ingresos para sus trabajadores, sino que también es un manifiesto de paz y reconciliación en un país que aún vive con muchos prejuicios y profundas heridas dejadas por la guerra.