Tras casi tres décadas de la muerte de Pablo Escobar las consecuencias de sus excentricidades son ‘enormes’. Los hipopótamos del narco hace tiempo traspasaron las fronteras de la Hacienda Nápoles y hoy deambulan sin rumbo por el Magdalena Medio.
Con sus casi dos toneladas de peso, la fuerza de su mordida y colmillos que alcanzan casi 50 cm de largo, los hipopótamos pueden ‘partir’ en dos a un ser humano. Carlos López y David Echeverry son los dos hombres encargados de frenar un problema de proporciones gigantes, pues si esta especie sigue creciendo sin control pueden llegar a desviar el cauce de un río, inundar una región o atacar a las poblaciones aledañas como ya ha sucedido.