Yeni Arias es una de las grandes exponentes del boxeo colombiano, no solo es una ganadora en ese deporte, sino también en la vida porque para llegar a ser la campeona que es hoy ha tenido que recibir más de un problema y un montón de obstáculos, entre ellos, la pobreza, la violencia, haber sido madre soltera, las adicciones que casi no la sueltan y el dolor de ver a su padre enfermo de su columna. Los Informantes conoció su historia.
Arias es considerada una de las atletas más talentosas de la delegación de Colombia en los Juegos Olímpicos. Sin embargo, perder en los olímpicos de Tokio 2020 fue una derrota para ella, en especial, por no cumplir la promesa a su padre de operarle la columna con la plata que hubiese recibido del premio.
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“Yo antes de subirme al ring, le dije a papá que le prometía que con la plata que me iba a ganar lo iba a operar...Ver que no se dio, fue un duro golpe, me dolió mucho más eso que haber perdido”, aseguró la boxeadora colombiana.
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Yeni Marcela Arias desde muy pequeña creció entre varios pueblos del Valle del Cauca y Risaralda dependiendo del trabajo de sus padres. Tenía semanas de nacida cuando su papá, recolector de café, sufrió un accidente que le cambió la vida para siempre. No tenían seguro médico ni un hospital cerca, por lo que su familia hizo todo lo posible para que Don Luis pudiera caminar de nuevo.
Ella aprendió a trabajar desde niña, recolectaba café, repartía por las veredas las morcillas que cocinaba su mamá, vendía arepas en las calles, pero a hoy, Yeni considera que esa fue una de las claves para adquirir esa disciplina que la ha llevado a ser una de las deportistas más ganadoras en la actualidad.
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Por amenazas de la guerrilla su familia decidió llegar a la ciudad de Pereira, donde no le fue fácil adaptarse, pues en el colegio aseguró que le hicieron bullying y por ello, se refugió en las calles. Allí empezó a tener malas amistades y entre eso, encontró el mundo de las drogas.
Era tantos los problemas que estaba sobrellevado, que su hermana le dijo que sacaba toda su energía en el gimnasio donde conoció el boxeo. “El boxeo me salvó la vida, me dio otra vida, otra oportunidad”, aseguró Arias.
Fue aprendiendo poco a poco, pues recuerda que parar llegar a donde está ha tenido que sufrir los golpes de la vida. “El hecho de sentir frustración, de usted sentir deseo de consumir ciertas sustancias e irse a desahogar en un saco de boxeo, en un ring, eso me sirvió mucho...Yo lo tomé como una terapia”, mencionó.
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Ya son 16 años de carrera, donde ha recibido apoyo no solo de su entrenador y su familia, sino también de la Gobernación de Risaralda que le regaló una casa y un hospital quien le donó la operación de la columna de su padre.
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“No me da miedo subirme a un ring, pero si me da mucho miedo perder, porque este es un deporte con una eliminatoria directa...Si ustedes estuvieran con nosotros un mes, y ven por todo lo que nos toca pasar, ahora súmele cuatro años que dura un ciclo para poder ir a una olimpiada y subirse en un ring y en nueve minutos perder todo eso, es el miedo y el temor que le da a uno”, aseguro la boxeadora.
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En los Juegos Olímpicos de París 2024, Yeni logró hazañas impresionantes antes de anunciar su retiro tras perder la competencia frente a Im Ae-ji, representante de Corea del Sur, en los cuartos de final de la categoría de 54 kilogramos. Un golpe duro para ella, pero que no es más fuerte que la realidad que la ha golpeado y le ha tocado superar. Un verdadero ejemplo de resiliencia y determinación.