“Es la única cirugía que opera el alma de la persona”, dice Rodríguez, orgulloso del resultado. María, como se hace llamar la paciente, ha vuelto a nacer. Tener una vagina era lo que le faltaba para ser completamente una mujer.
“La cirugía es desarmar el pene: se le remanga la piel como un banano, se separan nervios, arterias que van a dar la sensibilidad al glande, se resecan los cuerpos cavernosos y la uretra también se separa”, explica el doctor Rodríguez.
María tiene una hermana gemela con quien asegura tienen una relación de mejores amigas.
El oso Chucho y la lucha que su abogado ha emprendido por sus derechos Kriss Castillo, el imitador de Chayanne que se aferró a su voz y dejó las calles