La realidad es aterradora y es así: un día sale de su casa, lo montan a la fuerza en un carro y ya nunca regresa. Esa es una tragedia constante en la zona fronteriza de Cúcuta con Venezuela. Solo en el 2021 se presentaron 235 denuncias de desaparición en la capital de Norte de Santander y de esas 235 personas desaparecidas, al cierre de 2021, 81 regresaron vivas, 2 fueron identificadas muertas y de 152 aún no se sabe absolutamente nada.
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El crimen de la desaparición es una herida siempre abierta, dolorosa y un duelo permanente de los que esperan para siempre. Además de la crisis de la frontera de Colombia con Venezuela cerrada y las relaciones rotas, pocos hablan de esa otra tragedia y es que hay cientos de desaparecidos. ¿Están sepultados en los cementerios venezolanos del estado del Táchira como N.N.? ¿Los reclutó la delincuencia? ¿Están del otro lado vivos o muertos? La dinámica fronteriza está reducida a unas mal contadas 20 trochas por donde pasa el narcotráfico y el contrabando y que son controladas por los grupos criminales, así que la esperanza de encontrarlos es prácticamente nula.