El maestro Tomás Carrasquilla fue uno de los escritores colombianos más famosos del siglo XIX. Nació en 1858 en el pueblo de Santo Domingo, Antioquia y murió en 1940 a costa de sus golpes y fuertes enfermedades óseas. El autor de obras como frutos de mi tierra, la marquesa de Yolombó y en la diestra de Dios Padre, están ahora consolidadas en una casa museo que tiene las puertas abiertas al público.
La doctora Timisay Monsalve Vargas, directora del Laboratorio de Antropología y Forense de la Universidad de Antioquia quiso hacer una de las primeras osteobiografías de Colombia. Para ello, acudió a la Basílica con la familia de Carrasquilla y con los directivos del museo cementerio para hacer la exhumación del cuerpo que se encontraba en un cobre de metal. La idea era poder determinar un poco más de la historia del escritor desde su análisis óseo.
“En este caso le pusimos una TC, es decir, Tomás Carrasquilla, pues cada pieza ósea de Tomás, inclusive las falanges, las manos, los pies, todas las piezas óseas que él tenía fueron rotuladas con eso. De él se decía que era robusto y sobrio”, explicó Monsalve. “En ese cofrecito de metal amarrado con cabuya y apretadito estaba semi-momificado, que significa esto, que algunas piezas óseas estaban todavía con tejido blando adherido. Lo traemos al laboratorio y aquí comenzamos con todo lo que va a ser el proceso de tratamiento de restos para poder evaluar a Tomás Carrasquilla”, agregó.
Además, Monsalve señaló que en el momento de la revisión y colocación adecuada de la anatomía del cuerpo del literato se evidenció varias fracturas y lesiones que “no sabía ni por dónde empezar”. El maestro Carrasquilla en sus últimos años de vida quedo ciego, poco tiempo después, parcialmente, recupero su vista. Hay quienes mencionan que de adulto mayor nunca lo vieron caminar. Sus problemas de salud eran graves, tanto que una de sus manos se torció y una pierna le fue amputada porque presentaba cangrena. Asimismo, dentro de su patología presentó diabetes y arteritis.
Para hacer la investigación, la doctora Monsalve trabajó con un traumatólogo español y bioarqueóloga estadounidense. Juntos construyeron la historia documentada de los padecimientos de este escritor colombiano. Esta labor en Colombia aporta información relevante, por ello, a su biografía se suma el análisis de sus restos óseos.
“Nació en 1858, eso significa que Colombia tenía 50 años, después de la independencia y estaba formándose como república. Y Carrasquilla se está preguntando por quienes somos y cómo nos estamos construyendo como ciudadanos en una nueva república”, mencionó, Leticia Bernal, escritora de la biografía de Tomás Carrasquilla con cartas inéditas del autor.
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“Estamos hablando de una época en donde no hay luz eléctrica, no hay teléfono, no hay nada, el hogar con un fogón de leña, y junto al hogar empezar a conversar de fantasma y de historias fantásticas. Carrasquilla siempre que puede, echa mano de esos saberes populares. Él creaba personajes que tenían un valor universal”, afirmó Bernal.
Aún sus huellas se pueden rastrear a su casa museo, en su pueblo natal, un espacio dedicado a la escritura, literatura, fotografía y a las grandes obras del escritor colombiano. El propio Carrasquilla escribió en uno de sus textos: “En casa de mis padres había no pocos libros y bastantes lectores, pues ahí me tener a mí, libro en mano a toda hora leyendo, leyendo y creo que en el hoyo donde me entierren abre de leerme la biblioteca de la muerte”.
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El informe reveló que Carrasquilla sufrió dolores inenarrables por su cuerpo retorcido. “Tenía algunas vertebras que se fusionaron en la parte lumbar y en la parte torácica, tenía una cifosis de Scheuermann y osteoporosis”, indicó Monsalve. Al parecer, el literato a lo largo de su vida tampoco cuidó de su salud, pues le gustaba beber y fumar, esa frecuencia más la de su diabetes era la causa de la decadencia de su bienestar. Sin embargo, pese a sus dolencias no dejaba de crear historias, lo que lo hacía ver mucho más admirable.