El ortopedista Luis Alberto Saavedra le diseñó una prótesis que no se flexionaba y aunque se ve incómoda, le ha permitido bailar al son que le toque en cuanta competencia de salsa hay.
Es de Ibagué, pero vive en Cali. No es fácil para ella y su mamá cubrir los gastos de los concursos, pero el amor y las ganas todo lo pueden.
Nunca me dijeron que nadaríamos con tiburones: así se salvó Ana María Muñoz Ser mamá y punto: el amor de madre no conoce límites ni prejuicios