El norte del Cauca está que arde, es tan delicada la situación que en el alto Gobierno es uno temas más urgentes. La situación es así: pueden ser 300 0 400 indígenas que llegan en manadas y armados, y se toman un predio -propiedad privada- que antes marcaron con pintura roja o verde, se apoderan del terreno a las malas y de ahí no los saca ni mandrake. Una bomba de tiempo.
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El norte del Cauca está en llamas y no es figurativo. Además del narcotráfico y la guerrilla ahora parece imparable que grupos de indígenas en masa que tienen también un poco de todo esto se organizan para invadir terrenos privados alegando que es su derecho y una vez que toman las fincas no hay forma de sacarlos de ahí. La zona parece un polvorín que afecta a campesinos y a toda la cadena del sector azucarero, los ricos y los pobres. En medio de la tensión y el miedo, Los Informantes se metió en la boca del Cauca en donde la violencia parece ser la única vía para resolver las diferencias.