Tinka Plese es un croata con corazón paisa. Llegó a Colombia hace 30 años detrás de un amor y aquí se quedó. Con las uñas ha sacado adelante su fundación, una especie de orfanato de rehabilitación para perezosos. El tráfico ilegal tiene a esta especie al borde de la extinción y su cara bonita es su desgracia.
Los perezosos son presa favorita de traficantes ilegales que, para venderlos, mutilan sus dedos. Fundación en Antioquia ha rehabilitado la mitad de los que ha podido rescatar.