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La crisis del sistema de salud en Colombia parece acentuarse cada vez más. A diario, miles de pacientes tienen que hacer incansables recorridos y en muchas ocasiones no consiguen los medicamentos o las citas que necesitan para continuar sus tratamientos. La Nena Arrázola, periodista de Los Informantes, realizó una crónica en primera persona que refleja la lucha por no perder la esperanza ni la vida.
“A mí me ha pasado y me sigue pasando lo de muchos pacientes: vivir a diario con esa sensación de no saber si mañana nos atienden, si hay o no medicina, nos llena de angustia, de ataques de pánico – como en mi caso - porque sabemos que si no nos ponen ese tratamiento estas malditas enfermedades pueden ganar terreno”, revela la periodista de Los Informantes.
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Y es que no es ella la única que enfrenta esta situación, Los Informantes también conoció el caso de Lorene Silva, a quien la espera de atención médica y medicamentos le ha sacado lágrimas y la ha llenado de rabia y desesperanza. Ella tiene lupus y, además, una enfermedad huérfana que hace que su cuerpo produzca trombos.
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De acuerdo con su relato, todo estaba controlado hasta que, desde el año pasado, en septiembre de 2024, “no me han entregado el medicamento”. La respuesta para ella en el dispensario designado para reclamarlo es “no ha llegado”, por lo que el estatus de la entrega queda “pendiente”.
“Me angustia mucho porque yo tengo dos hijos y solo las personas que sufrimos de una enfermedad así, que dependemos de un medicamento, sabemos qué es acostarse y levantarse con angustia”, cuenta Lorene Silva.
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Algo similar le ha ocurrido a la Nena Arrázola, a quien le han dicho en su dispensario que el Letrozol, vital para su recuperación, “no lo tienen”. Durante dos meses estuvo sin tratamiento ni medicamento y finalmente lo consiguió en la Liga contra el Cáncer, pero allí tuvo que comprarlo.
Y es que los casos parecen contarse por montón. Pacientes trasplantados, como Jaime Rozo, tampoco reciben medicinas que son vitales y algunas pueden llegar a costar hasta 5 millones de pesos.
“Exitosa la cirugía, el trasplante, el problema es que sin los medicamentos no hay nada, se perdió. Y son medicamentos de alto costo, por ejemplo, hay uno que vale 5 millones de pesos la caja de 30 tabletas”, revela don Jaime al contar que son 4 tipos de medicamentos los que necesita para mantener con éxito su trasplante, pero la respuesta siempre es la misma: “que no los hay, que los van a enviar a domicilio”.
En medio de la incertidumbre y la zozobra, en entrevista con Los Informantes don Jaime le cuestionó al sistema de salud “¿a dónde van a dar los recursos que recortaron para los medicamentos de alto costo?”.
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Entre tanto, la hermana María Inés Delgado, directora de la Asociación Colombiana de Enfermos Hepáticos y Renales, se ha convertido en el ángel de la guarda para él y otros pacientes enfermos y sin recursos, pues les ayuda, como puede, a conseguir sus medicamentos.
Ante este panorama, el presidente de la Asociación de Pacientes de Alto Costo, Néstor Álvarez, asegura que Colombia “está dejando pasar esta crisis humanitaria sin registro, o sea, estaríamos casi como los desaparecidos, los muertos, nos va a tocar reconstruir el país de para atrás, en un proceso decir ‘venga cuántos fueron los muertos de esta crisis’”.
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Y recalca que hay “un gobierno que decide dejar morir unos pacientes por querer salvar (un programa) de promoción, prevención y equipos básicos de salud”.
Justamente lo dicho por Álvarez es en lo que insiste Luis Carlos Leal, asesor del ministro de Salud, pues está convencido que la prioridad debe ser la prevención.
“Hay que destinar un recurso muy importante, como lo ha hecho este Gobierno, para que haya por lo menos equipos de atención básica domiciliaria, para que se recuperen los centros de salud, los puestos de salud, que se acabaron en este país. Uno se enferma y busca el especialista, busca el tercer nivel. Lo importante debería ser qué hice yo para no enfermarme o qué hizo el sistema para buscarme a tiempo y evitar que yo me enfermara”, afirma Luis Carlos Leal, exsuperintendente nacional de Salud.
Según el exfuncionario, lo que está pasando con la demora en las entregas de medicamentos tiene que ver con “errores en la organización dentro de la transformación de lo que debe ser el modelo y desmontar un negocio de tanto tiempo y tan jugoso para muchas personas va a tener muchos bloqueos y muchos intereses”.
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Desde el Invima, la teoría sobre las trabas para la consecución de medicamentos es que “hay una enorme cantidad de transacciones entre las EPS, las IPS, los operadores logísticos, las cadenas de farmacias y, en medio de esas transacciones, el producto que yo hoy necesito no está en el contrato, no había un acuerdo, los pagos se han retrasado”, según el director de la entidad.
Sin embargo, Francisco Russi reconoce que sí hay desabastecimiento, pero que esto solo ocurre con seis productos específicos.
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Denis Silva, vocero de la Asociación Pacientes Colombia, explica así lo grave que puede llegar a ser para los enfermos estar sin medicamentos o tratamientos: “cuando usted ve una persona con cáncer que necesita que la quimioterapia se la hagan cada 14 o cada 21 días o 28, como el médico lo decide, y la EPS se la hace cada 40 cada 50, ese paciente va a tener un daño irremediable, que es que va a presentar metástasis, el cáncer se va a extender y ese daño es irreparable, ese paciente tiene dos connotaciones: es paciente y es víctima del sistema”.
Este panorama devela que el sistema de salud de Colombia está en cuidados intensivos, casi tan enfermo como quienes requieren de su atención.
“Ojalá desde aquí pudiéramos hacer más, por ahora esto es lo que tenemos a la mano. Dios nos cuide a todos y gracias a quienes son la voz de los que no tienen voz”, puntualizó la Nena Arrázola, periodista de Los Informantes, al cierre de la historia en la que no solo expuso su caso, sino los de decenas de pacientes.
Según la Supersalud, durante el 2024 el comportamiento de los reclamos en salud alcanzó un récord histórico: 322 por cada 10.000 afiliados. A su vez ACEMI, el gremio que agrupa las EPS, reportó que entre enero y noviembre de ese año recibió más de 1.5 millones de peticiones, de quejas, de recursos y de solicitudes. ¿Qué solución habrá para los pacientes?