Le dije ‘don Julio’ cuando lo saludé y me dijo ‘Don Julio, el del ley’, lúcido y con gran sentido del humor, pasamos horas recordando su vida, sus premios, sus viajes para los medios de comunicación en Colombia, pero sobre todo para la radio y para la televisión, Julio E. Sánchez Vanegas fue un pionero y un maestro y además de presentador, un empresario audaz que nos abrió el mundo a través de la pantalla. Seguro que el cielo está de fiesta.
“’Saludos amigos, les habla Julio E. Sánchez Vanegas, hoy desde Moscú, mañana desde cualquier lugar del mundo’, pero esa frase me nació no en Moscú, me nació en Atenas”. Julio E. Sánchez Vanegas le cumplió a Colombia, efectivamente siempre salía desde alguna ciudad distinta en un momento donde las comunicaciones en Colombia estaban en pañales, era una especie de conquistador que decía ‘hoy desde aquí, mañana desde cualquier lugar del mundo’, una frase inventada por él y repetida mil veces con la que proclamaba lo lejos que había llegado.
Y nos acostumbramos a su voz y a su estilo y cómo no, si fue él el que el 13 de junio de 1954 inauguró oficialmente la televisión en Colombia, eran las siete de la noche y el joven Julio Enrique, que trabajaba como maestro de ceremonias del presidente de la época, el general Gustavo Rojas Pinilla, fue el encargado de inaugurar el milagro de la llegada de la televisión al país.
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“La primera cara que apareció en televisión fui yo, ‘¿y qué dijo? inaugurando la televisión de Colombia y para eso estoy en compañía del general Gustavo Pinilla quien es el promotor de este gran evento, blanco y negro, el negro era yo”.
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Julio E. nació en Guadua, Cundinamarca, en 1930, se quedó huérfano de madre a los 11 días de nacido y creció muy apegado a su papá, que después murió trágicamente en un atraco cuando entraba a su casa en el barrio Teusaquillo, en Bogotá. Como su sueño era llegar lejos y viajar por el mundo empezó por el lugar que parecía más natural para lograr: “yo estudié pilotaje de aviación con el padre de la aviación, el general Camilo Daza y volé con él, inclusive me decía, ‘no, mijo, no voltee el avión así, más despacio’, ¿y por qué decidió bajarse del avión y dedicarse a los micrófonos? Era más fácil la radio, la aviación es una carrera fuerte también”.
Pero en donde sí encontró alas y voló fue en los medios donde empezó dando la hora y poniendo algunos discos y muy pronto tuvo un programa de música clásica en la emisora 1.020, desde ahí la radio lo atrapó para siempre.