Sergio Mogollón sufrió un ataque con ácido en el barrio Castilla, de Bogotá, cuando un delincuente lo agredió para robarle su celular, en el 2011, a unas pocas cuadras de su casa.
"Yo fui atacado con ácido, era literal un carbón... me quitaron todo y quedé en carne viva”, recordó Mogollón sobre el doloroso proceso de dermoabrasión al que fue sometido para intentar recuperar su piel.
El ataque le dejó quemaduras en el 97% de su cara, afectando severamente sus ojos y nariz. Sus párpados tuvieron que ser reconstruidos con tejido de la oreja, pero la primera intervención no funcionó y tuvo que ser repetida.
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“Los ojos fue con un trabajo duro entre células madre, trasplantes de córnea, un trabajo de dos años y medio”, detalló.
Impunidad en el ataque con ácido
A pesar de la gravedad del ataque, nunca se identificó al agresor. “No sé, debe estar durmiendo, nunca pasó nada... yo ni siquiera sé qué tipo de ácido fue porque ni siquiera fueron capaces de investigar eso”, señaló Mogollón.
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Era 2011 y los ataques con ácido eran más frecuentes que ahora. Los tipos más comunes son el ácido sulfúrico, nítrico y clorhídrico. En 2014 el atentado a Natalia Ponce le dio vitrina a este asunto a este delito que desfigura la vida de cualquiera a quien le caiga una gota.
La falta de justicia en su caso le ha dejado un sabor amargo y es posible que, si hubiera sido mujer, quizás el caso habría recibido más atención y empatía.
Aunque no pudo terminar su carrera de Publicidad, ahora es dueño de un taller junto a su esposa María, quien lo acompañaba la noche del ataque.
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“Ese día hice lo que nunca hacía, uno se bajaba del Transmilenio y quedaba el CAI de la Policía y baja uno derecho y llegaba a mi casa y a dos cuadras del CAI, a dos cuadras de mi casa. Ahí fue donde ocurrió todo”, recordó sobre el día que cambió su vida.
Sergio tiene 35 años y tras el ataque encontró un nuevo propósito de vida. “Aquí se les hace mecánica, mantenimiento, cambios de color y protecciones”, afirmó sobre el taller que posee donde trabaja con carros de lujo.
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Según cifras de Medicina Legal, en el 2024 se han registrado 70 casos con ácido y solo en Bogotá van 19. Sigue siendo un arma de destrucción muy dolorosa, a pesar de las leyes y las condenas.
La historia de Sergio Mogollón es un testimonio de resiliencia. A pesar de las cicatrices y el dolor, decidió no dejarse vencer por las adversidades y seguir adelante.