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Cabezote Los Informantes

Inspiradora historia de Juan Alejandro Amarís: el soldado que convirtió sus cicatrices en valor

Pese a las cicatrices y las pérdidas, Juan Alejandro Amarís se convirtió en un símbolo de resiliencia y gratitud. Su historia de valentía y superación nos inspira a enfrentar la adversidad con determinación.

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Juan Alejandro Amarís es un ejemplo admirable de inspiración, su relato está lleno de valentía y humildad. El colombiano no solo impresiona porque en su cuerpo guarda las cicatrices de su lucha, sino porque su fuerza y la actitud con la que ve la vida sorprende. Los Informantes estuvo con él, en su casa en la Florida y pudo confirmar que al sargento no le falta nada.

Amarís se quemó el 77% de su cuerpo en la guerra de Irak, perdió sus dos manos y la mitad de su peso corporal. Su rosto intacto a las llamas fue lo que permitió que los médicos, en más de 50 cirugías, sacaran piel de allí para sanar el resto de su físico.

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Nació en Cali, pero emigró a EE. UU. Para buscar un mejor futuro. En Colombia, estudió en un colegio militar lo que le ayudó a ser parte del Ejército de Estados Unidos. El 11 de septiembre del 2001, empezó una carrera contra el tiempo para que terminarán por enviarlo a la guerra de Irak.

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En abril de 2003, entró al país del Medio Oriente en búsqueda de las supuestas armas de destrucción masiva que, para el entonces, el presidente Bush denunció y que nunca aparecieron. Hasta el 2021, en Irak murieron más de 4 mil soldados estadounidenses, Amarís fue uno de los heridos. Su ocupación militar era de artillero, encargado de los cañones y tanques de guerra.

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“Cuando pase la frontera con Irak me pareció como una película. Creo que un momento duro fue cuando alguien trató de subirse al camión y el sargento le metió un puño y lo tumbó, y nos dijo a nosotros ‘aquí vinimos todos y todos vamos a regresar’”, mencionó el exsargento Amarís.

Verlo solo ocasiona admiración, pues las múltiples heridas que tiene a causa del accidente se pierden entre su vitalidad. “Yo creo que la mejor terapia que me doy es ser agradecido”. Los hechos ocurrieron el 20 de junio de 2005, no se sabe con exactitud que generó el fuego, ese día Amarís cayó en coma y despertó cuatro meses después.

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“Sé que abrí mis ojos, sé que mis brazos estaban abiertos en una cama y mi cuerpo lleno de plástico y le corría tubos por todo lado. Tenía ya más de 50 cirugías. El momento más difícil fue cuando salí del hospital, ahí te das cuenta en realidad todo lo que pasó. Era deprimente, incluso llegue a fingir que me dolía para que me dieran mucha medicina y oraba para no volver a despertar”, relató Amarís a Los Informantes.

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Ese fue el momento más oscuro de Amarís, sin embargo, su familia fue un motor para seguir adelante. Sabía que ellos lo necesitaban. Pese a todo, no se queda quieto, es tan vital y lleno de vida que aprovecha cada minuto para realizar diferentes actividades.

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El exsoldado esta pensionado por invalides por parte del Gobierno estadounidense, no le falta nada. Lleva una vida tranquila con su gran emprendimiento de empanadas y apoyando la empresa de aseo de su esposa en clínicas de rehabilitación. “Las personas buscan pareja por aplicaciones como Tinder, donde tu realmente estás viendo el físico de la persona, yo voy a aceptarlo porque él es una persona determinada, segura, que quiere disfrutar la vida y no le ve problema a nada. Eso era lo que yo estaba buscando”, aseguró Teresa Ceballos, esposa de Juan Alejandro Amarís.

Este hombre cuenta con unas prótesis en sus brazos, que sin duda es una herramienta de le ayuda en su día a día, acostumbrase a ellas no fue fácil, pero se adaptó gracias a su paciencia y a sus ganas de luchar. A Juan Alejandro Amarís no le falta nada, a alguien como él que se salvó de las llamas y estuvo tan cerca de la muerte, sabe muy bien que lo mejor de la vida es estar vivo.

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