Han pasado más de 10 años desde que Óscar Tulio Lizcano se fugó de las FARC. Aunque hoy se ve rozagante y vital, no olvida esa época en la que vivía todos los días con amenazas de fusilamiento, enfermedades y en la que llegó a pesar algo más de 40 kilos.
Cuando estaba secuestrado, la piel de Óscar Tulio Lizcano era amarillenta, estaba sin dientes, tenía la barba y el pelo largo mal cuidado. Apenas tenía 60 años cuando se lo llevaron, pero salió como si tuviera 100 años.
Y ahora, como si se tratara de una jugarreta caprichosa de la vida misma, alias Rubín Morro, su carcelero, está también en el Congreso, donde ambos tienen su curul. Óscar Tulio Lizcano no sabe qué siente.
Como salida del Libro de la Selva, ella es Jane Goodall, la madrina de los chimpacés Como salida del Libro de la Selva, ella es Jane Goodall, la madrina de los chimpacés Nuestras canciones al principio sonaban horribles, eran un ensayo y error: Cali y El Dandee