Desde la selva más profunda, pasando por los Llanos Orientales y las calles de las poblaciones más vulnerables del país, es capaz de llegar la Fundación Batuta con el poder transformador de la música para cambiarles la vida a cientos de pequeños.
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Batuta se propuso demostrar que tocando juntos en armonía es posible romper el círculo de la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades para escribir una partitura diferente. Un sistema único que enseña a los más pequeños que la música es una excelente herramienta para derribar muros y fronteras, además de permitirles soñar con un futuro lleno de oportunidades. Por la Fundación ha pasado cerca de 800 mil niños en sus 30 años de historia y cerca del 10% de ellos hoy son músicos en importantes orquestas a nivel mundial.