
Felipe Gómez, un hombre común y corriente de 53 años, ha logrado unir su pasión por el piano con el mundo corporativo y la filosofía de Santo Tomás de Aquino. Esta combinación única se convierte en una bomba cuando toma el escenario, logrando que miles de personas lo ovacionen de pie como si fuera una estrella de rock. Según él, no es una ilusión que todos podamos convertir una vida ordinaria en algo extraordinario. El virtuosismo de un tipo común y corriente.
No es un cantante ni un artista, pero llena estadios e inspira con sus notas, su música y su discurso lleno de optimismo. Después de escucharlo, hay la esperanza de convertir una vida ordinaria en extraordinaria. Lleva más de mil conferencias en 33 países.
La transformación de Felipe Gómez
Felipe no es un cantante famoso, ni una estrella de la música, pero viaja por casi todo el mundo llevando su buena vibra. Para sus eventos siempre necesita un piano, ojalá de cola. Este bogotano sentado frente al piano se transforma en un fenómeno y transforma de paso a los afortunados que lo escuchan. Llena escenarios a reventar, lo aplauden y siempre le piden más al final de sus presentaciones.
“Todo empezó con una idea de inspirar a la gente a que buscara hacer lo que hacía de una manera extraordinaria, pero me he dado cuenta de que al final, si bien eso se cumple, creo que hay otros efectos de lo que yo llamo belleza colateral”, contó el conferencista.

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El concepto de la belleza colateral
La belleza colateral, como él dice, es lo que genera en el auditorio. No solo es el sentido de pertenencia y unidad, sino que pone a la gente a cantar y a pensar en su propia vida. Después de una hora de escucharlo, las personas “se van equipadas con ideas y herramientas que pueden aplicar en su vida personal, familiar y profesional. Además, se van como recentrados, es súper bonito”, contó.
Felipe se reinventó la vida después de una crisis, haciendo lo que más le gusta, o mejor, mezclando dos de las cosas que más le gustan en una charla de una hora: el mundo corporativo y la música. Y ya van más de mil conferencias en 33 países.
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"Siempre he sido un emprendedor y tuve un emprendimiento que iba bastante bien. Llegó un momento en el que necesitaba levantar capital para poder continuar y el día que íbamos a firmar el contrato se nos dañó el contrato por un malentendido y yo entré en un momento súper difícil personal, de inseguridad, de tristeza”, añadió.
La primera vez lo invitaron a dar una conferencia sobre emprendimiento porque él es administrador de empresas y entonces se inventó actitud E. "Me inventé un concepto que se llamaba actitud E y lo volví un modelo: enfoque, energía, empeño, equipo, elasticidad, entrega. Como encender un poquito ese fuego que a muchos se nos apaga en la vida”, afirmó.
"Un buen amigo, Santiago Zapata, que tiene una agencia de conferencistas, le dije tengo esta idea y esa vaina fue una bomba. Ellos quedaron felices y me dijeron lo queremos en todo el país. Me contrataron para una gira de 12 ciudades”.
No ha parado desde entonces, tenía que evolucionar. Es que en el ecosistema de los conferencistas la competencia es brutal y hay demasiados. “Dije qué lindo sería meter lo que a mí me mueve el alma, que es la música”.
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De un trabajo de su esposa nació Virtuoso, que se ha convertido en un fenómeno y es algo más o menos así: "Hablo de 9 virtudes fundamentales que podemos aprender de los grandes músicos que obtienen siempre ovaciones de pie de sus audiencias y qué podemos aprender de ellos para como líderes también lograr ovaciones de pie de nuestros clientes y nuestros empleados”.

“Les digo y ustedes también pueden seguir su partitura, pero es su decisión hacerlo como una máquina piloto automático en esa rutina o ponerle toda el alma a lo que están haciendo y hacerlo de una manera que trascienda”.
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Virtuoso está inspirado en Aristóteles, pero sobre todo en Santo Tomás De Aquino, el filósofo y teólogo, quizás el pensador más influyente del catolicismo que dedicó parte importante de su vida al estudio de las virtudes. Es sorprendente que sin ser un músico profesional llene las plazas gigantescas como si lo fuera.
Felipe encontró la manera de juntar el camino entre la música y el liderazgo, la música y los negocios, la música y el éxito. Por eso él se codea con los más grandes conferencistas del mundo. Es una industria que crece todos los días y él ya está en las grandes ligas.
Su capacidad de inspirar y transformar vidas es un testimonio de que todos podemos convertir una vida ordinaria en algo extraordinario.