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Cabezote Los Informantes

Equipo de Los Informantes quedó en medio de la guerra por el control de la mina de Buriticá

En Buriticá se libra una batalla por el control de la mina de oro más rica de Colombia. El Clan del Golfo ha tomado los túneles, controlados por mineros ilegales, generando un alto riesgo en la zona.

En el municipio de Buriticá, Antioquia, se está librando una guerra por el control de la mina de oro más rica de Colombia. El Clan del Golfo ha tomado los túneles, que están controlados por numerosos mineros ilegales. Esta situación es crítica, compleja y peligrosa, ya que los fuertes enfrentamientos están dejando víctimas fatales a su paso. Un equipo de Los Informantes quedó atrapado en medio del fuego cruzado y pudo constatar el riesgo diario que enfrentan los trabajadores de la multinacional china, quienes cuentan con todos los permisos para operar legalmente.

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Una zona de guerra


En 2019, la multinacional china Zijin Mining Group, una de las cinco mineras más grandes del planeta, compró a la empresa canadiense Continental Gold los títulos para explotar el oro en esta zona de Buriticá por más de US$1.000 millones. Un año después, cuando terminaron los túneles, comenzaron las operaciones.

No obstante, el Clan del Golfo tendría a miles de mineros ilegales infiltrados en la explotación del material. Desde allí, han tomado gran parte de la operación, muchas veces a sangre y fuego. Estar ahí es literalmente entrar a una zona de guerra.

Mina de Buriticá
El grupo UNIMIL (Unidad Nacional contra Minería Ilegal) acompaña a los mineros en medio de esta guerra.
Los Informantes

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“Está mina es única en el mundo porque tenemos un conflicto interno con organizaciones criminales como el Clan del Golfo y otros grupos que operan en diferentes áreas...Grupos ilegales que irrumpen de manera violenta contra los túneles de la compañía”, reveló el coordinador del grupo protección Zijin, Esteban López, quien recuerda que dos de sus compañeros murieron al instante en una de las disputas con la minería ilegal.

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Con los elementos de protección necesarios, los mineros legales también deben usar chalecos de protección balística y cascos blindados, ya que, a 700 metros de profundidad, se vive un conflicto imparable, que en muchos casos ha dejado a varios heridos y víctimas fatales.

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“Yo no escuché la detonación. Cuando me di cuenta de las cosas, es como si yo hubiese estado en un plano superior y desde ahí podía ver lo que estaba pasando. Cuando escuché a mis compañeros quejándose era como si yo hubiera vuelto hasta donde estaba tirado, me hubiera levantado y lo único era tocarme y sentía que mi brazo me lo habían arrancado”, mencionó Esteban López.

Grupo de Los Informantes en medio del fuego cruzado


Un grupo de Los Informantes se sumergió en los túneles para vivir de cerca la difícil situación que viven los trabajadores contra los mineros ilegales. Allí los escoltaron el grupo UNIMIL, el grupo de operaciones espaciales contra la explotación ilícita de minerales de la Policía Nacional, un grupo élite y entrenado en el exterior.

Mina de Buriticá
Equipo de Los Informantes entró a las profundidades de la mina más grande y rica de Colombia
Los Informantes

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Con cautela, llegaron a uno de los puntos clave de esta guerra. Al otro lado, se observaban cilindros de gas y reflectores. Luego, les dispararon de tal manera que el equipo tuvo que retroceder. Mientras esto sucedía, los expertos afirmaron que este grupo armado avanza cada vez más y en cualquier momento podría tomar el control de los lugares estratégicos.

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“La mina Buriticá tiene tres túneles: la Rampa Sur, Yaragua y Higabra. Sacando un porcentaje de los sitios que se ha perdido por esta actividad de minería ilegal podemos decir que tenemos un 60% de la estructura subterránea. Es decir, de los 110 kilómetros de túneles, podemos tener 30 de túneles perdidos”, afirmó Eduardo Jiménez, quien perteneció a las Fuerzas Especiales del Ejército Nacional y ahora es el jefe de seguridad de la mina.

Según Jiménez, la confrontación está llegando a Higabra, la zona más profunda y rica en oro. “Si la minería ilegal baja a más del nivel en donde se encuentra en estos momentos que ya estamos a 1.100 metros sobre el nivel del mar, si sigue descendiendo y conecta con unos sitios estratégicos de la compañía, está en riesgo la continuidad de la operación minera”, agregó.

Mina de Buriticá
La confrontación está llegando a Higabra, la zona más profunda y rica en oro, afirmó Eduardo Jiménez, jefe de seguridad de la mina.
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Al otro lado del túnel


El testimonio de 'Pedro', como lo llamaremos por seguridad, reveló la realidad detrás de la minería ilegal. Llegó a la zona de Buriticá atraído por la fiebre del oro y se ha internado dos veces al otro lado de los túneles. “Allá no hay nadie del Clan del Golfo. Todos somos mineros que venimos de afuera”, recalcó 'Pedro', quien afirma que el grupo armado cobra el 10% de las ganancias totales de la mina ilegal. Una cifra millonaria, ya que según la Procuraduría se pueden extraer hasta dos toneladas al año, altamente valoradas.

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La riqueza de este lugar es incalculable y, por ello, se ha convertido en un objetivo del grupo ilegal. Se calcula que este año han empleado 45 toneladas de explosivos en la minería ilícita. “¿Cuántas personas puede haber en estas minas que se conectan con Zijin? Hay alrededor de 10 trabajos por allá, y de esos 10, por cada uno, 70, 80 o más personas”, afirmó 'Pedro'.

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Según él, los mineros ilegales viven en condiciones infrahumanas, pero optan por realizar este trabajo debido a las necesidades económicas. “Para nosotros, es la forma de vivir en estos momentos, es una manera de trabajar, es una entrada para obtener beneficios y poder generar en la casa una mejor calidad de vida”, concluyó.

Sin duda, esta es una guerra que aún no tiene fin y que, por el contrario, ha dejado víctimas a su paso. La multinacional Zijin ha solicitado acciones urgentes a la Presidencia de la República y al Ministerio de Minas. Sin embargo, aún nada ha cambiado en Buriticá.

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