Emanuel Otálvaro tiene 11 años y ya es campeón mundial de tenis de mesa. Está obsesionado con el ping pong. Dice que es su vida entera y entrena sin descanso. Es rápido, muy ágil con la raqueta y parece invencible, pero no va a descansar hasta convertirse en el mejor jugador del mundo.
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Cuando era más pequeño, Emanuel vio a su hermano mayor jugando tenis de mesa, le gustó tanto que empezó a entrenar, a jugar, a ganar y se convirtió en el mejor de Colombia, pero eso no es suficiente. Es tan competitivo y apasionado que quiere ser el mejor a nivel mundial. Mientras tanto, está entrenando sin descanso para convertirse en el primer niño en llegar a unos Juegos Olímpicos.