Cambió el calor de 40 grados de su natal estado Falcón por el frío de Bogotá.
Pasó de tocar en los teatros más importantes de Europa a las calles de la capital colombiana, pero los callos que le han salido en sus dedos por tocar sin parar día y noche también le han salido en el alma para llenarse de fortaleza y entender que esto será solo un recuerdo cuando todo mejore.
Si voy a bailar, tengo que estar entre los mejores: Sergio Trujillo y su danza del éxito Tan lleno de glorias como manchado de luto está el ciclismo en Colombia