Se podría decir que Miguel Silva es un súper humano, acaba de correr la Maratón de Sables, la carrera más difícil del mundo y aunque su objetivo era cruzar la meta, también pretendía dejar atrás la depresión, una enfermedad que casi lo lleva hasta la muerte, pasó semanas enteras peleando con la vida, tomando decenas de medicamentos, pero fue con un par de tenis en donde encontró la cura, pasó de correr 2 o 3 kilómetros a 250 en el desierto del Sahara. Un corredor y su triunfo en la carrera de por la vida.
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El ingeniero Miguel Silva comenzó a correr detrás del remedio para la depresión en las montañas de Santander y encontró la cura para su enfermedad, pero un poco más lejos en lo más profundo del desierto del Sahara marroquí, en la temida Maratón de Sables, la carrera de ultra distancia más exigente del mundo. Los Informantes le siguió el paso en el imponente Cañón del Chicamocha.