Las probabilidades de morir en un accidente aéreo son de 1 en 1.3 millones, según el profesor de MIT, Arnold Barnett, y las posibilidades de que a uno le caiga un avión encima son mucho más remotas. Por eso el testimonio de María Paula Vargas es absolutamente sorprendente. Tenía 11 años cuando una avioneta le cayó encima.
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La vida de María Paula Vargas era de lo más normal, vivía con su familia, iba al colegio, era una niña feliz, pero a los 11 años entró con sus papás a una panadería del sector de Engativá en Bogotá y todo se oscureció cuando un avión les cayó encima. Ese acto cotidiano y sencillo de comprar el pan cambió el curso de la vida de esa familia para siempre, cuando la tragedia llegó del cielo. Seis años después Los Informantes habló con la única sobreviviente de un accidente absurdo y con el valiente que le salvó la vida.