El 28 de junio de 1974, hace 50 años, un derrumbe en la vía al Llano cobró la vida de medio millar de personas, convirtiéndose en una de las tragedias viales más grandes en la historia de Colombia. Se trata de un siniestro sepultado a tal punto que, a hoy, casi nadie lo recuerda.
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Un grupo de Los Informantes viajó hasta la zona exacta en la que ocurrió la tragedia de Quebrada Blanca, donde se reflejó no solo el dolor de aquella época, sino que este sigue siendo un lugar inestable y que requiere de atención.
“En general está muy escondido en la memoria de Colombia. Un desastre que genera la muerte de 500 personas tendría que ser un recordatorio casi que diario, por lo que puede pasar cuando no planificamos bien, cuando no se toman buenas decisiones en términos del diseño de la construcción y la gestión de una vía”, aseguró Julio Fierro, director general del Servicio Geológico Colombiano, quien recordó sus vivencias y lo que se necesita para que este lugar tenga un nuevo y buen comienzo.
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Julio, un vecino de la zona, tiene recuerdos tenues y pavorosos. Tenía 4 años cuando sucedió la catástrofe y recuerda la primera plana de los periódicos que mostraban la foto del puente destrozado. Ahora, él y su quipo hacen diferentes investigaciones para comprender qué paso en las montañas, pues entender qué provocó el desastre podría salvar vidas y contribuir a que se mejoren las próximas construcciones.
¿En qué lugar de la vía al Llano fue la catástrofe?
La tragedia vial ocurrió en la antigua vía Villavicencio-Guayabetal-Villavicencio, a la altura del pueblo de Guayabetal, donde aproximadamente a las 4 de la tarde una montaña se vino abajo y sepultó al menos 500 personas. Aún en ese lugar yacen esqueletos humanos y cascarones de vehículos que fueron sepultados por este siniestro. Las impactantes imágenes dan cuenta de un día de luto nacional y un momento que pocos recuerdan.
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La magnitud del desastre se reflejó en el cementerio del municipio. "Era muy impresionante ver el cementerio de Guayabetal en comparación con el tamaño del pueblo. Era un cementerio hipergrande, si se compara con el tamaño del pueblito", afirmó a Los Informantes Julio Fierro.
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Además, explicó las dimensiones del derrumbe en la vía al Llano, que comparó con "más o menos 10 canchas del Campín. Esa es más o menos el área de lo que se deslizó y ya cuando se estima un espesor eso da entre 500 mil y un millón de metros cúbicos, lo que necesitaría cerca de 750 viajes de volqueta grande para movilizar todo este material".
Algunos vecinos de la zona recordaron el momento en que se salvaron antes de pasar por aquella montaña. Sin embargo, lo que más les preocupa es que aún no hay soluciones evidentes a esta problemática que pone en peligro sus vidas. Aseguran que todavía la historia se repite: hay inestabilidad en la carretera y poca eficiencia de las estructuras.
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En la sede del Servicio Geológico Colombiano están acopiando toda la información histórica y los estudios que nunca se habían hecho sobre la tragedia. En pocos meses se espera que los nuevos estudios de campo, compaginados con la información histórica, arrojen un análisis completo de lo sucedido para así evitar más tragedias viales en la vía al Llano.
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