En el otro lado del mundo, entre las balas y granadas el cabo Aureliano Gallón conoció a un pequeño coreano, lo escondió en una tula y lo trajo a Colombia como polizón en un barco militar.
Aquí inició una nueva vida, creció, se casó y tuvo dos hijos, pero siempre soñó con volver a ver a su familia biológica. Los Informantes habló con dos veteranos de guerra y su hijo para reconstruir esta historia que salió a la luz en 1964.
Estos cinco niños, sin ser superhéroes, vuelan a 400 metros para ir a la escuela Andrés Parra, con hambre de cambiar, habla de su lucha contra la adicción a la comida