El animal más venenoso del mundo es originario de Colombia: así es la letal rana dorada
La rana dorada, nativa de Colombia, es el vertebrado más venenoso del mundo que sufre por el tráfico ilegal. Expertos luchan por su conservación ante la grave amenaza del comercio de especies.
Con apenas 5 centímetros de longitud y un peso de 30 gramos, la rana dorada es considerada el vertebrado más venenoso del mundo.
Con apenas 5 centímetros de longitud y un peso de 30 gramos, la rana dorada, nativa de Colombia, es considerada el vertebrado más venenoso del mundo.Su piel segrega un veneno letal capaz de matar en cuestión de minutos. Un equipo deLos Informantes
se adentró en la selva del Pacífico colombiano para encontrar a este fascinante anfibio, actualmente en peligro por tráfico de especies.
El deslumbrante color amarillo y naranja se contrasta en el inmenso verde de la selva donde habita. “Me contaba un amigo indígena que ellos cazaban con el veneno de la rana. Le llamaban la bala fría y eso entraba a la piel del animal o de la gente y con eso muere, porque de una vez el veneno va a la sangre y da un paro”, explicó el guardabosques Venancio Flórez.
Esta especie habita exclusivamente en el Pacífico colombiano; sin embargo, la deforestación y el tráfico ilegal la están llevando al borde de la extinción. Es altamente perseguida por traficantes que la venden en el mercado exterior, tanto a coleccionistas de fauna exótica como a farmacéuticas interesadas en estudiar el poder de su veneno.
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“Cuando alguien me busca y me dice que hay un norteamericano que necesita conocer la rana, yo lo acompaño a una zona y allá me pregunta ‘¿cuánto vale una rana?’ Y yo le digo ‘No, nosotros no comercializamos’. Entonces, él me dice que le habían dicho que aquí las vendía y que como guía podría ganarme algo”, aseguró Venancio, señalando que intenta conservar y proteger la especie.
Según las autoridades, los habitantes de esta región reciben pagos para capturar este vertebrado, ya sea con dinero o, en algunos casos, con artículos de primera necesidad para sobrevivir en la selva.
“Muchas personas con fines científicos están prácticamente explotando. Me dicen que recoja 20 a 30 ranas”, afirmó Hernando Sánchez, director de la Corporación Autónoma Regional del Cauca.
Fuera del país, una sola rana puede costar hasta 1.500 dólares, una cifra exorbitante que alimenta el tráfico ilegal y pone en riesgo la supervivencia de la especie. Su alto valor en el mercado negro la convierte en un objetivo codiciado por traficantes.
Protección y conservación
En el Pacífico colombiano, personas como Venancio dedican su vida a proteger a este animal, cada vez más codiciado en el mercado ilegal.
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“Por alguna razón se las están llevando. Mi sueño es que se pueda crear un corredor biológico de conservación”, dijo Venancio, quien espera que se detenga el tráfico de esta especie. Por eso, cuida una reserva de 47 hectáreas que creó la Fundación ProAves, donde se busca proteger a este animal.
Esta especies es cada vez más codiciada en el mercado ilegal
Los Informantes
Venancio Flórez se dedicó con tanta pasión a proteger la rana y su hábitat que la Fundación ProAves, propietaria de la reserva, lo contrató para crear un santuario donde la especie estuviera a salvo de los traficantes. Sin embargo, su incansable labor de conservación lo ha convertido en un obstáculo para quienes lucran con el tráfico ilegal, exponiéndolo a constantes amenazas de muerte. “Iban escribiendo: el que habla mucho se muere”, dijo.
En medio del desespero por proteger este vertebrado, Venancio se ingenió un criadero con tapas de coco para conservar la especie, en donde los machos llegan los huevos en su espalda hasta depositarlos en charcos. La crianza en cautiverio es una alternativa ante la disminución en su hábitat natural.
A pesar de los esfuerzos por conservar la especie, las autoridades ambientales enfrentan grandes dificultades para frenar su tráfico ilegal. Por ello, es fundamental educar a las comunidades locales, sensibilizarlas sobre la importancia de la rana dardo dorada y evitar que se involucren en su captura y venta. Solo a través de la concienciación y la protección de su hábitat se podrá garantizar la supervivencia de esta especie única.
Las autoridades ambientales enfrentan grandes dificultades para frenar su tráfico ilegal.