Suponer que cada día cuando usted sale de casa puede morir ahogado, es la realidad para los habitantes de las veredas El Bosque y La India, en el departamento de Caldas, que son vecinos, pero viven como dice la canción tan cerca, pero tan lejos. Están separados nada menos que por el río Cauca y para poder ir de un lado a otro, a trabajar, o a estudiar o a hacer mercado, deben jugarse la vida haciendo maromas sobre un tubo que es la única forma que tienen para pasar.
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Ahora que el invierno está desatado en el país, la vida para los habitantes de El Bosque y La India, en Caldas, no cuelga de un hilo, pero casi, de un tubo, delgado, de 130 metros de largo que se sostiene de una guaya. Por ahí, como si fueran malabaristas de circo, con los nervios bien templados, deben caminar sin ningún tipo de protección, con el altísimo riesgo de caer en un sector en el que el río Cauca corre embravecido. El equipo de Los Informantes quedó paralizado con el temido tubo que se mece sobre la inmensidad del río.