En febrero Colombia registró oficialmente la víctima de mina antipersonal número 12.000, un dato vergonzoso y triste que nos pone como el segundo país con el mayor número de víctimas de minas antipersona superado solamente por Afganistán. Encontrarlas, desenterrarlas y desactivarlas es un trabajo peligrosísimo y difícil.
Con las uñas, 172 hombres de la Infantería de Marina escarban centímetro a centímetro los Montes de María entre los departamentos de Sucre y Bolívar para arrancar la perversa cosecha que sembró la guerra en esta región del país.
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Con un traje especial, equipos que pesan hasta 40 kilos, en un calor infernal y de rodillas, estos valientes escarban con sus propias manos en medio de la maleza buscando minas antipersona; una labor que pocos se atreven a hacer, pero no imposible para los integrantes del Batallón Humanitario de Desminado de la Infantería de Marina, quienes pelean con un enemigo que no pueden ver.