En 2003, Manuel y Patricia Oliver huyeron de la difícil situación que desde entonces ya vivía Venezuela para hacer una nueva vida en Estados Unidos junto a su hija Andrea y su hijo Joaquín. El tan anhelado sueño americano se convirtió en una tragedia para esta familia cuando, el 14 de febrero de 2018, Joaquín fue asesinado junto a otros 17 jóvenes en un tiroteo en una escuela de Parkland, Florida. Los Informantes viajó hasta allí para conocer su historia.
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El joven tenía 17 años, era muy deportista y uno de los chicos más populares de la escuela. Su madre lo recuerda con mucho amor, de hecho, su habitación sigue intacta, con todas las cosas que le gustaban, como si esperara su regreso algún día. "Él está con nosotros siempre, o sea, el hecho de que no lo veamos físicamente no significa que no esté”, afirmó la madre de Joaquín.
Nikolas Cruz fue el autor del tiroteo masivo que dejó sin vida a 17 personas. Había sido expulsado de la escuela por múltiples problemas académicos y disciplinarios. Hoy, está en prisión y fue condenado a cadena perpetua por el atroz crimen.
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El día de los hechos ocurrieron todos los errores posibles para proteger la vida de los estudiantes. Entre ellos, el policía que debía estar de guardia en el colegio huyó, las patrullas llegaron tarde y el FBI no atendió una serie de denuncias que había en contra de Nikolas Cruz. Este tema causó indignación a las familias de las víctimas, pero Patricia y Manuel convirtieron su duelo y dolor en activismo.
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Su lucha por la regulación de venta y porte de armas
Los padres de Joaquín han pintado murales, han realizado obras de teatro y libros infantiles sobre la realidad de lo que viven los niños en la escuela tras un tiroteo. "Nosotros nos destacamos de las otras organizaciones y, por eso, muchos de repente no entienden y les parece como demasiado drástico, pero es que drástico es perder a tu hijo”, reveló Patricia.
Con imágenes crudas pretenden demostrar una problemática que es latente en Estados Unidos. Por ello, los padres de Joaquín revivieron su imagen con ayuda de la inteligencia artificial, permitiendo que las personas envíen sus mensajes a los políticos estadounidenses que están a favor de la venta libre de armas.
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Según estudios, de enero a julio de este año se han reportado 473 muertes en 372 tiroteos en EE. UU., de los cuales 35 han ocurrido en escuelas. Un dato realmente abrumador y preocupante, ya que los homicidios son la segunda causa de muerte de jóvenes entre los 12 y los 19 años en ese país, superando al suicidio y el cáncer.
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Uso de morrales blindados en EE. UU.
Frank Stewart es un barranquillero que llegó a Estados Unidos para estudiar negocios. Allí se enamoró, se casó y creó una empresa de vehículos blindados para las guerras de Irak y Afganistán. Él ha trabajado, al igual que los padres de Joaquín, por mejorar la situación de violencia en las escuelas, solo que lo hace a su manera. “Siempre me han gustado las armas, pues las armas, la verdad en sí no cometen los crímenes, son las personas que mal utiliza un arma y comete un crimen”, mencionó.
Él vende desde morrales blindados y diferentes accesorios escolares para proteger la vida de los adolescentes, como si fueran escudos antibalas. Además, manifestó que la probabilidad de salvar la vida a alguien es de un 100% de posibilidad.
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El debate sobre la regulación de armas en Estados Unidos sigue siendo un tema profundamente dividido y complejo. Mientras algunos argumentan que el derecho a portar armas es fundamental para la seguridad personal y la libertad, otros señalan la urgente necesidad de implementar controles más estrictos para reducir la violencia armada, proteger a los estudiantes y a las comunidades.
Lo importante es que, tanto la familia de Joaquín como Frank Stewart, buscan el mismo objetivo: disminuir y, si es posible, erradicar la violencia en las escuelas y proteger a los estudiantes frente a estas situaciones, intentado encontrar medidas que ayuden a prevenir futuras tragedias.