Entre el verde de la naturaleza y el agua cristalina que posee el río La Miel, en Norcasia, pocos conocen la maravilla que se oculta detrás de uno de los lugares golpeados por el conflicto durante muchos años. Un paraíso que ahora sale a luz gracias al trabajo de jóvenes emprendedores como Oliver Pescador, una de las personas que vio el increíble potencial turístico de este lugar y que se lo mostró al mundo.
“Hay muchos destinos en Colombia, pero son más lindos los que se están redescubriendo producto del posconflicto, que se mantuvieron guardados, escondidos hoy entre montañas”, aseguró.
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Oliver tiene 30 años y una vida que bien podría convertirse en el guion de una película, llegó a Norcasia, Caldas, por accidente en 2017, aún recuerda la primera vez que vio el río La Miel dice que se quedó contemplando lo durante horas. Sus papás lo abandonaron poco tiempo después de nacer.
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“Mi mamá me deja a los 8 días de nacido, mi abuela se hace cargo porque mi papá nunca responde por mí”, mencionó Pescador quien recuerda que creció junto a su abuela hasta los 8 años en un barrio de invasión en Riosucio, Caldas, hasta que se escapó de su casa por maltrato.
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“Me tocó llegar a mendigar para poder llevar sustento a la casa y si no llegaba con el sustento a la casa, ya tenía asegurada una pela, entonces de ahí me quedan hoy día secuelas, como cicatrices que ahora se expanden y que cada que tengo una conversación con mi esposa o me baño y las veo, me regresó a ese pasado que no quisiera volver a tener”, indicó.
El Instituto Familiar de Bienestar Familiar intervino y así fue como él empezó la etapa en hogar de sustitutos y la posibilidad de ser adoptado. Sin embargo, los años pasaban y era cada vez menos probable que fuera adoptado, paso por 7 hogares hasta que cumplió 15 años.
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Oliver terminó el colegio en la Fundación Niños de los Andes y cumplió el sueño de estudiar comunicación social en la Universidad de Manizales, pero a los 21 años el tiempo con el ICBF terminó, abandonó su carrera en sexto semestre y empezó a vender bicicletas en la ciudad.
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En 2017, conoció Norcasia, un lugar estigmatizado por muchos años por el conflicto armado, pero eso a él no le importó. “Mi sueño era montar una agencia de viajes en el municipio de Norcasia y demostrarles a las personas que habían vivido de calificativos al territorio como zona roja, que este destino era un lugar hermoso, que podía visitarlo sin problema y que se estaba redescubriendo”, aseguró.
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Esos años de terror quedaron atrás, ahora, es uno de los destinos turísticos que nadie puede perderse. Y donde muchos de los habitantes han visto eso como un proyecto de vida y futuro para sus familias. Son alrededor de 300 familias que viven del turismo comunitario en Norcasia, en 2023, más de 20 mil personas visitaron el paraíso, nacionales como internacionales. Un sitio imperdible para los amantes de la naturaleza.