Y hay otra alerta roja, porque en Colombia hay riesgo de que se roben todo, desde las elecciones hasta el corazón. Posaba de ser el hombre perfecto: un empresario adinerado y apuesto que buscaba el amor a través de una de las más famosas aplicaciones de citas: Tinder, pero era solo un perfil de un tipo que tenía sus intenciones muy lejos de Cupido que a veces resulta ser un bandido. Los Informantes conoció varias mujeres que terminaron endeudadas y de paso con el corazón roto.
“Las fotos que él tenía en su perfil eran asombrosas. Un hombre de un perfil que uno ve en las revistas y uno dice es el hombre perfecto, su cara medianamente cuadrada, muy organizada, una sonrisa encantadora, una mirada encantadora”. Liliana Díaz tiene 45 años, es comunicadora social especializada en Gerencia Educativa y trabaja en un colegio muy reconocido del norte de Bogotá. “No recuerdo quién me recomendó que había estado en Tinder y que había hecho un match con una persona que le había ido muy bien, entonces yo dije ‘bueno, vamos a probarlo’, yo en ese entonces tenía 40 años, buscaba un rango de una persona de mi edad o tres años por encima, una persona que por lo menos uno viera que tuviera una estabilidad laboral y profesional”.
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Deslizar el dedo índice a la derecha o a la izquierda de la pantalla del celular es hoy una de las maneras más comunes de encontrar pareja, los perfiles aparecen uno tras otro y con cada match se abre una posibilidad de conocer a alguien. Las aplicaciones de citas como Tinder o Bumble son responsables de una de cada cinco relaciones en nuestros días. “Uno pone la foto más bonita, donde uno se ve más agradable, tuve muchos matchs, a veces uno ve que hay personas que no se expresan bien, no escriben bien, entonces uno dice ‘no, este no va con mi perfil’”.
Liliana tuvo un hijo a los 18 años, lo mandó a estudiar al exterior y es una profesional exitosa, pero como mucha gente de su edad su círculo social es cerrado y la posibilidad de conocer gente muy remota. Había hecho un par de amigos a través de Tinder y salió algunas veces con ellos, pero nunca pensó que iba a conocer a su pareja por ese medio, en 2019 vio un perfil en particular que le llamó la atención. “Las fotos las fotos que él tenía n Tinder todas eran fuera del país, entonces, pues uno dice el hombre viaja recurrentemente, se le hacían unos hoyuelos, eso lo que lo hacía ver cómo muy angelical”.
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Parecía el hombre perfecto, un empresario atractivo, exitoso y joven, en busca de pareja, se llamaba Víctor Guillén. Liliana hizo match con él en pocos minutos. El clic fue inmediato, con cada salida la química crecía y las videollamadas y mensajes eran más recurrentes, Cupido los flechó en muy poco tiempo. “Yo creí que el realmente se estaba enamorando… fue una cosa efervescente y fue rápido, o sea, después de que empezamos a salir como a los 20 días nosotros ya decíamos que estábamos en una relación”.
Todo era tan perfecto que parecía irreal. Sin embargo, terminó endeudada, descubrió una red de mentiras y conoció a otra mujer que pasa por su misma situación. Juntas, han emprendido acciones legales contra el hombre que les prometió amor, pero que les dejó deudas significativas. Estas mujeres han compartido sus experiencias para generar conciencia sobre los peligros potenciales en las aplicaciones de citas y esperan que se haga justicia. A pesar de las heridas emocionales y financieras, están decididas a enfrentar la situación.