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Cabezote Los Informantes

De la oscuridad a la esperanza: pareja supera la adicción y rescata a otros de las ollas

Harold Correa y Martha Ruiz son una pareja de esposos que bajó al infierno de la adicción y volvió para rescatar a otros de ese flagelo en las ollas más peligrosas de Bogotá.

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Uno de los efectos del COVID-19 fue una crisis que ha acabado con muchos matrimonios y ha aumentado el consumo de drogas y alcohol en casi todo el mundo. Una pareja bajó al infierno de la adicción y volvió para rescatar a otros de ese flagelo en las ollas más peligrosas de Bogotá. Los Informantes y un testimonio esperanzador entre el amor y la adicción.

Me han dicho que si los santos existe, yo digo sí, mi esposa es una santa, o sea me ha aguantado todo infidelidades, alcoholismo, drogadicción, pérdidas, se quebraron muchas cosas por el consumo y mi esposa dijo un día ‘yo hice un pacto no con usted, lo hice con Dios y lo voy hasta el día de la muerte’”, hay amores capaces de resistirlo todo como el de Harold Correa y su esposa Marta Ruiz, una pareja que hoy rescata adictos a las drogas en las calles de Bogotá con el conocimiento de causa y la sensibilidad de quienes reconocen estar enfermos.

Yo todos los días voy a grupo de apoyo de doce pasos, me reúno con otros adictos en recuperación, sé y soy consciente que padezco una enfermedad que se llama alcoholismo y drogadicción”. “Los familiares somos más enfermos que el mismo adicto, poseemos una enfermedad que se llama la codependencia. Mi sustancia no es una sustancia de alcohol, de drogas ni sustancia, es ver feliz a la otra persona”.

Marta y Harol llevan 30 años juntos y su amor sobrevivió al infierno de las drogas del alcohol y la codependencia cuando ella fue rescatarlo del bazuco en una olla en Bogotá y su adicción casi la mata. “Marta se fue a buscar muchas veces, una vez me persiguió con mi papá porque ella no sabía dónde me la pasaba, pero entonces yo sentí que me estaban como persiguiendo, cuando yo veo que son ellos yo salgo a correr, ella sale a correr, entro a la olla y había una parcera mía que consumíamos juntos entonces yo di lo de 10 vichas, le dije hágame un favor y saqué a esa mona y la desaparece y la vieja sale a perseguir a mi esposa, a matarla. En mi inconsciencia, en mi locura, en mi consumo”. Marta ha podido cortar por lo sano y salvarse de un esposo que parecía no tener remedio, pero su amor era tan fuerte y adictivo que prefirió terminar en una tumba que abandonarlo a su suerte.

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