Claudia Quintero pasó varios años en la prostitución, sufrió todo tipo de vejámenes y tocó fondo, pero pudo más su temple, logró sobreponerse no solo para salvarse a ella misma y a sus hijos, sino también para rescatar a cientos de mujeres vulnerables que se mal ganan la vida vendiendo su cuerpo al mejor postor. La urgencia de una mujer para acabar con los puteros.
“Cuando se habla de la prostitución la mayoría de los políticos dicen vamos a hacer una zona roja, una zona de tolerancia, como si fuese que las mujeres son criminales, o sea, las tratan como un grupo humano como una casta, como una casta inferior y nosotros como sociedad debemos tratar de cuidarlas para que ellas puedan salir de esa situación, no perseguirlas, aquí hay que perseguir es al proxeneta y al putero. El putero es el que compra, no les decimos clientes porque los seres humanos no se venden, si tú le dices cliente estás diciéndole que tiene la potestad de comprar un ser humano”. Así como la ven, Claudia Quintero no suele ser políticamente correcta, habla con desparpajo. nunca desde la moral, sino desde su agria experiencia y jamás se instala en el lugar pasivo de una víctima, es más bien una soberana sobreviviente dando guerra, lucha a muerte contra el sistema prostitucional.
“¿La prostitución es un trabajo? No, es una violencia, recuperarse de la prostitución cuesta muchísimo entonces no puede considerarse trabajo, la dignidad es totalmente pisoteada, la salud mental yo no conozco la primera mujer que haya salido la prostitución sana y llevo ya bastantes años trabajando con ellas”. Ella es la voz más potente a la hora de cuestionar que en Colombia es delito la trata de personas y que el país ha firmado convenciones internacionales en pro de erradicar la mercantilización de seres humanos, pero al mismo tiempo la Corte Constitucional, el Código de Policía y las alcaldías consienten como legal la prostitución, es decir, el alquiler de mujeres para uso sexual.
“La prostitución es una violación paga, porque para tener relaciones sexuales yo tengo que tener dos cosas: una, consentimiento y otra, deseo, en la prostitución está no está el deseo, está es las ganas de la plata. ¿Qué hay detrás de esa historia? por ejemplo, el putero no llega a decirle ‘oye, ¿tú eres desplazada? Oye, ¿eres huérfana?’, sino simplemente a lo que va, ahora ellas cuentan unas cosas muy crueles”. Cuando Claudia dice que ellas cuentan cosas muy crueles se refiere a los testimonios de mujeres en prostitución, los dramas que escucha día tras día.
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“La principal causa de muerte de las mujeres en prostitución es asfixia mecánica, es más condenada a la violencia doméstica que este tipo de violencia. Por ejemplo, la mujer prostituida pacta sexo vaginal y dentro de la pieza le hacen sexo anal eso es una violencia sexual, si ella va al hospital pues es como ‘tu misma te fuiste a acostar con él’ y esos delitos ni siquiera se procesan”.