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Como todos los domingos, en este capítulo de Los Informantes, tres grandes historias: el complejo recorrido de la Nena Arrázola, tal como le ocurre a muchos pacientes en Colombia, para acceder a citas, medicamentos y especialistas; el relato del feminicidio Kellys Zapateiro en una estación de Policía que generó un histórico fallo contra el Estado y lo que están haciendo los campesinos del páramo de Chingaza para enfrentar la crisis hídrica.
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Miles de pacientes en Colombia enfrentan una doble lucha: mientras batallan contra su enfermedad, también viven un calvario para conseguir citas y medicamentos. La Nena Arrázola, periodista de Los Informantes, narró en primera persona la compleja ruta que debe seguir cada mes para cuidar su salud.
En sus palabras, conseguir el tratamiento y la medicina para mantenerse sana tras superar el cáncer es todo un reto y, lamentablemente, no es la única que lo enfrenta. ¿Qué está pasando con el sistema de salud en Colombia?
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En julio de 2014, el feminicidio de Kellys Zapateiro en una estación de Policía cerca de Cartagena horrorizó al país. La joven de 28 años tenía un hijo y estaba embarazada de 8 meses cuando un policía y su pareja la asesinaron para sacarle a su bebé.
Iris Guzmán, mamá de Kellys Zapateiro, recordó en Los Informantes que la noticia de su muerte fue “desesperante” y “desde ahí uno no ha tenido tranquilidad, es una tragedia grande”.
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El pequeño milagrosamente sobrevivió y se convirtió en un ángel, tal como lo dice su nombre, para su familia.
Los responsables de este crimen, Josefa Cardona y Andrés Díaz, fueron condenados a 60 años de cárcel por la tortura, secuestro y desaparición forzada de Kellys y pasados 11 años de este atroz caso un Tribunal de Bolívar emitió un fallo histórico contra la Policía Nacional y el Estado. Sin embargo, los hijos y la familia siguen esperando “que cumplan”.
(Lea también: Capítulo: Libertad bajo palabra, Un día a la vez y El guardián del manglar )
Los efectos del cambio climático se hacen cada vez más evidentes y, para luchar contra la escasez, campesinos del páramo de Chingaza están “sembrando agua”.
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Entre lágrimas, Germán Parra, un campesino que vive en la montaña, reconoció en Los Informantes que “es triste ver cómo se está secando” Chingaza y, por eso, se han unido para evitar lo que sería una verdadera tragedia ambiental.
La fórmula que han encontrado los campesinos en Chingaza y el Embalse de Chuza para ayudar es sembrar árboles y recuperar lo que los potreros se llevaron.
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