En Los Informantes
, como todos los domingos, tres grandes historias. Esta vez, el excapo del Cartel de Medellín Carlos Lehder habla por primera vez en televisión de su vida en prisión y su sorpresivo regreso al país. Además, un equipo de buzos y arqueólogos descubre un castillo sumergido frente a las costas de Cartagena, y un conferencista bogotano demuestra que un piano puede ser la clave para transformar vidas en todo el mundo.
El regreso a Colombia de Carlos Lehder tras 38 años
Carlos Lehder Rivas, uno de los capos más recordados del Cartel de Medellín, reapareció públicamente tras pasar más de 33 años en prisión en Estados Unidos y 38 fuera de Colombia. Extraditado y condenado a 135 años, cumplió una larga condena en aislamiento y hoy, a sus 75 años, regresó a su natal Armenia, donde quiere quedarse a vivir.
En una entrevista con Los Informantes, habló sin rodeos: “Ciertamente merecía la pena de los 33 años que pagué. Yo trafiqué muchas toneladas de cocaína hacia los Estados Unidos”. Su testimonio busca reescribir, desde su versión, un capítulo oscuro de la historia del narcotráfico colombiano.
El hallazgo del fuerte San Matías en la bahía de Cartagena
Sumergido durante más de tres siglos, el fuerte San Matías fue hallado frente a las costas de Cartagena, cerca de Bocagrande y Tierra Bomba. Esta antigua estructura militar, que alguna vez disparó cañones contra corsarios y piratas, fue descubierta gracias a un equipo de buzos de la Armada Nacional y arqueólogos del Instituto de Patrimonio.
Esto abre un nuevo capítulo en la historia colonial del Caribe colombiano. “Esto es un castillo”, dijo emocionado el hidrógrafo Richard Guzmán. Y sí lo era: un baluarte perdido, hoy convertido en tesoro histórico.
Felipe Gómez: el virtuoso de las conferencias y el piano
No baila, no es una estrella del pop, pero llena auditorios en todo el mundo con su piano, su historia y su mensaje. Felipe Gómez ha dado más de mil conferencias en 33 países, en las que mezcla filosofía, música y liderazgo. Inspirado por Santo Tomás de Aquino, este bogotano de 53 años se reinventó tras una crisis profesional, y hoy convierte lo ordinario en extraordinario.
“La belleza colateral”, como él la llama, es lo que genera en el público: un momento de conexión profunda, alegría y reflexión que lo ha convertido en un fenómeno inspirador. Siempre con un piano de cola, y con la convicción de que todos podemos transformar nuestra vida.