Avalancha en vía al Llano: lecciones tras 50 años de la tragedia de Quebrada Blanca

Hace 50 años, el 28 de junio de 1974, un derrumbe en la vía al Llano cobró la vida de aproximadamente 500 personas, convirtiéndose en el siniestro vial más grande en la historia de Colombia. Este siniestro, conocido como la tragedia de Quebrada Blanca, ha sido prácticamente olvidado por el país a pesar de su magnitud.

El dato es escalofriante, mal contados 500 fallecidos. Esta catástrofe ocurrió en la antigua vía Villavicencio-Guayabetal-Villavicencio, a la altura del pueblo de Guayabetal.

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La magnitud de la tragedia se reflejó en el cementerio del municipio. "Era muy impresionante ver el cementerio de Guayabetal en comparación con el tamaño del pueblo. Era un cementerio hipergrande si se compara con el tamaño del pueblito", afirmó a Los Informantes Julio Fierro, director general del Servicio Geológico Colombiano.

Fierro, oriundo de Villavicencio y experto en geotecnia, ha estado investigando esta tragedia junto a un equipo multidisciplinario. El área afectada por el derrumbe fue enorme: "Da más o menos 10 canchas del Campín. Ese es más o menos el área de lo que se deslizó y ya cuando se estima un espesor eso da entre 500 mil y un millón de metros cúbicos, lo que necesitaría cerca de 750 viajes de volqueta grande para movilizar todo este material, que además se movilizó en unos segundos", explicó Fierro sobre las dimensiones del derrumbe en la vía al Llano ocurrida en 1974.

Recordar la tragedia de Quebrada Blanca implica destacar la necesidad de una planificación adecuada y gestión de infraestructuras viales, especialmente en regiones propensas a desastres naturales. "Un desastre que genera la muerte de 500 personas tendría que ser un recordatorio casi que diario de lo que puede pasar cuando no planificamos bien", enfatizó el director Fierro.

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La vía al Llano, a pesar de las mejoras, sigue siendo una carretera inestable que requiere atención constante. Los Informantes fue con Fierro al lugar donde centenares de personas quedaron sepultadas bajo el alud.

Allí, el director del Servicio Geológico Colombiano y su equipo hacen diferentes investigaciones para comprender qué pasó en aquellas montañas, pues entender qué provocó el desastre puede salvar vidas y contribuir a que se mejoren próximas infraestructuras.

En unos meses los nuevos estudios en campo junto con la información histórica arrojarán el más completo análisis de lo ocurrido. A 50 años de la tragedia en la vía al Llano, este es un recordatorio del compromiso que se debe tener para evitar que una catástrofe similar vuelva a suceder.

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