Belky Arizala no tiene pelos en la lengua ni en la cabeza, y así, calva, se convirtió en una de las modelos colombianas más sobresalientes. Ella se hizo fuerte después de haber sufrido varios ataques por ser negra, pero el matoneo y las burlas por el color de su piel y su pelo malo se volvieron su motor y convirtió un problema muy serio, en una oportunidad contra el bullying.
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Belky Arizala tiene la fuerza de convertir lo malo en bueno y el poder, contrario a Sansón, no lo tiene en el pelo, ella rapada desde hace tiempo, como protesta al matoneo y al mismo tiempo ya es su sello de belleza y al mismo tiempo un testimonio revelador de su valor y de su entereza. Ella no se dejó del bullying ni del racismo ni la xenofobia y es un reto que alguna le dé la talla. Le contó a Los Informantes su sueño de ser señorita Colombia y sus depresiones, pero también las claves para caminar segura por las pasarelas del mundo y por la vida.