Barranquilla es una de las ciudades más atemorizadas por la extorsión desde las cárceles a comerciantes que viven con el credo en la boca, ante las llamadas amenazantes de delincuentes que exigen millonarias sumas a cambio de no atentar contra sus negocios y sus vidas. La Nena Arrázola , del programa Los Informantes, viajó a la capital del Atlántico, para entregar esta cruda radiografía .
Todos los días, como si fuera un call center, presos de las 120 cárceles de Colombia, se sientan con celular en mano para extorsionar a sus víctimas. “Usted verá si quiere que la papelería esa la levante yo a plomo o se la queme completica o si su hija paga las consecuencias”, son algunos de los audios que envían y con los que intimidan a comerciantes para exigirles dinero.
Estas llamadas desde las cárceles se convierten en una cruel negociación donde está en juego la vida, según lo relatado por Orlando Jiménez Jiménez, presidente de UNDECO, asociación que representa a los comerciantes de Barranquilla, “le piden una cifra cuantiosa como para que el comerciante se asuste y termine ofreciendo lo que está dentro de sus posibilidades”.
Asimismo, con descaro y arrogancia, les hacen creer a sus víctimas que este sería un trato justo. “Usted coloca su parte, y a usted no lo molestamos, usted no va a recibir una llamada por ahí de más nadie amenazándolo, ni nada”, son algunas de las frases que usan los delincuentes.
A pesar de los muros que los separan y sin esconderse porque ya están detenidos, con tan solo una llamada los reclusos roban, ordenan homicidios y siembran pánico en la ciudad. El representante de los comerciantes barranquilleros sostiene que cerca de un 20% de los establecimientos comerciales de la ciudad podría estar pagando extorsiones. Las cantidades de dinero exigidas por los delincuentes a sus víctimas varía de acuerdo con el perfil del negocio. “Si es una tienda de barrio, le pueden quitar 20.000, 30.000 semanales”. Pero las exigencias llegan a sumas millonarias.
Uno de los casos más recientes de esta problemática dejó como víctima a Gerardo Reyes Vega, un tendero que fue asesinado dentro de un establecimiento comercial del barrio Chiquinquirá, en el suroriente de Barranquilla, el pasado 24 de febrero. “Él denunció en su momento y el Gaula muy acuciosamente le recepcionó la demanda, lo acompañó durante varios días, pero como no volvieron a decir nada los extorsionistas se creía que el problema había desaparecido, el Gaula se fue y como a los ocho días le dieron muerte”, recordó Jiménez.
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El presidente de UNDECO Barranquilla también señaló que las amenazas extorsivas transcienden los muros de las cárceles. “Ya no era de llamada telefónica, mensaje de WhatsApp ni el mensaje de texto ni el panfleto, sino que llegaban al negocio, dos, tres disparos al establecimiento y luego le dejaban el panfleto". Los responsables son bandas que se hacen llamar ‘Los Paisas’, ‘Los Costeños’, ‘Los Juanitos’, ‘El Tren de Aragua’, ‘Los Calvos’ y un sinfín de nombres más. Con un celular y advertencias se han ido adueñando no solo de las tiendas, sino de barrios, localidades y hasta cuidades.