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Así era la fachada de Carlos Lehder: el emporio narco por el que le decían el Henry Ford colombiano
Carlos Lehder, exnarco del Cartel de Medellín, regresó a Colombia tras más de tres décadas en prisión en EE. UU. Ahora revela detalles inéditos de su vida y la fachada que usó para lavar dinero.
Carlos Lehder Rivas regresó a Colombia tras pasar más de tres décadas en prisión en Estados Unidos y reveló inéditos detalles sobre su vida
Carlos Lehder Rivas regresó a Colombia tras pasar más de tres décadas en prisión en Estados Unidos. A sus 76 años, y de vuelta en su tierra natal, Armenia, reveló uno de los capítulos más azarosos y desconocidos de su vida. Un equipo de Los Informantes
llegó hasta el Quindío luego de que, a finales de marzo de 2025, el exnarcotraficante reapareciera en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, donde fue detenido durante un par de días hasta que se verificó que no tenía pendientes con la justicia. Lehder reveló detalles de su vida en prisión, de su relación con Pablo Escobar y de lo que él mismo define como un proceso de “arrepentimiento”.
Los inicios de Lehder en el narcotráfico
A los 16 años,Carlos Lehder
dejó los estudios y se mudó a Nueva York, donde empezó a quebrantar la ley robando carros. Con el tiempo, expandió esta actividad a varios estados, hasta que fue capturado y condenado a dos años de prisión. Tras cumplir la pena, fue deportado a Colombia.
Ya en Medellín, comenzó a traficar droga, transportándola desde Bolivia escondida en su propio vehículo. Rápidamente, ascendió en el negocio y fundó Lehderauto, un concesionario de autos de alta gama que combinaba su pasión por los vehículos con una fachada para lavar dinero.
“La agencia de automóviles fue un imán para yo conocer cientos de narcos que venían a comprarme... Con los dineros de la coca se traían los carros de Panamá y Miami”, aseguró.
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En los expedientes judiciales gringos lo llamaron el 'Henry Ford del narcotráfico' porque Lehder, desde muy joven, dejó a un lado las mulas humanas que llevaban un par de kilos de droga y se inventó las rutas marítimas y aéreas con las que hizo llover toneladas de cocaína en Estados Unidos.
En los expedientes judiciales gringos, llamaron a Carlos Lehder el Henry Ford del narcotráfico
Los Informantes / Archivo personal
Su fortuna llegó a ser tal que compró una isla en las Bahamas
con hotel, cabañas y pista de aterrizaje. Desde ese paraíso despachó centenares de aviones y embarcaciones con cocaína. “Yo compré la isla aproximadamente por 2 millones de dólares. Eventualmente, el gobierno o los gobiernos van a confiscar esa fortuna. La isla la confiscó el gobierno de las Bahamas”, relató.
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La relación con Pablo Escobar: “como el agua y el aceite”
De esta manera, se consolidó como uno de los jefes del Cartel de Medellín y, junto a Pablo Escobar, lideró una resistente oposición a la extradición, empleando todas las formas de lucha posibles.
“Tanto Pablo Escobar, tan brutal y violento como era, y yo, que era pacífico, éramos como el agua y el aceite, filosóficamente. En negocios, el dólar nos llamaba igual. Escobar formó su movimiento político en Medellín y yo lo hice en Armenia, denunciando un tratado de extradición que era ilegal”, mencionó.
Aunque su postura sobre la extradición no ha cambiado, es consciente de que ahora es legal. “Cuando me extraditaron, no era legal”, enfatizó.
Carlos Lehder fue capturado
el 4 de febrero del 87 en Guarne, Antioquia, y ese mismo día fue extraditado. “En Estados Unidos fue sentenciado a cadena perpetua más 135 años, encerrado en un cuarto hermético prácticamente por el resto de la vida”.
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Por su aporte, la justicia gringa le eliminó la pena perpetua y le redujo la pena de 135 años a 55, de los cuales pagó 33 por descuento de trabajo en prisión y buen comportamiento.
“Ciertamente merecía la pena de los 33 años que pagué. Yo trafiqué muchas toneladas de cocaína hacia los Estados Unidos. Ninguna violencia, sí cocaína”, dijo Lehder, quien aseguró que estuvo durantevarios años aislado y sin ver el sol.
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Su testamento escrito
Según Carlos Lehder, “muchas de las nuevas generaciones no conocen el concepto, la opinión y la veracidad de la historia tal como ocurrió”, y aseguró que su mayor deseo es contar su propia versión de una de las épocas más impactantes en la historia del país.
La historia que hoy se ha propuesto narrar es su relato en primera persona sobre lo que fue el Cartel de Medellín, esa temible máquina de muerte liderada por Pablo Escobar, a quien describe como su socio, amigo y, eventualmente, su delator.
Con ese propósito, escribió un libro lleno de nombres, datos y escenas reveladoras sobre la narcopolítica durante los años más oscuros de Colombia.
La historia que hoy se ha propuesto narrar es su relato en primera persona sobre lo que fue el Cartel de Medellín
Los Informantes / Archivo personal
"Yo quiero en este momento reiterar que yo trazo una línea roja porque yo fui extraditado en febrero de 1987, el único crimen político que Pablo Escobar del cual era el autor intelectual y sus pistoleros eran los autores materiales, fue el asesinato lamentable del ministro de justicia Dr. Lara Bonilla. Eso ocurrió, creo que el 84. A mí me extraditaron en el 87. Entonces, todo lo que Escobar haya cometido de violencia después del 87, yo no estaba en Colombia”, mencionó.
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Lehder aseguró que hoy es un hombre rehabilitado y arrepentido. Insistió en que fue un narcotraficante excéntrico y aventurero, pero nunca violento. Según Lehder, él y Escobar estuvieron juntos, pero no revueltos.
“Yo era un rebelde, yo era un fanático de mi causa, de los intereses del narcotráfico y felicité a Pablo Escobar por la muerte del ministro, pero vuelvo y le reitero, esa era mi posición en esa época. Yo no tengo absolutamente nada que ver con la muerte del ministro de justicia Dr. Lara Bonilla”, recordó.
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Asimismo, reveló cómo sobrevivió a más de tres décadas de prisión sin ver a nadie, y dijo que: “Leyendo, leyendo. Buscaba inmensa cantidad de lecturas de gente famosa que ha escrito su vida y sus biografías”.
Desde su regreso a Colombia, Lehder espera ahora promocionar lo que él mismo describe como su testamento escrito. Se presenta como un hombre rehabilitado, alguien que reconoce el camino torcido que tomó, que ya pagó sus culpas, se arrepiente y asegura que nunca volverá a delinquir.