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Cabezote Los Informantes

Asesinaban habitantes de calle en universidad y vendían sus cuerpos para clases, en Barranquilla

Hace 32 años, habitantes de calle fueron asesinados y sus cuerpos vendidos para clases de Medicina en una universidad en Barranquilla. En 2023, Los Informantes reveló detalles de esta masacre.

Hace más de 30 años, una escena macabra estremeció a los habitantes de Barranquilla. En el interior de una universidad en la capital del departamento del Atlántico fueron hallados los cuerpos sin vida de 50 habitantes de calle. Todos fueron brutalmente golpeados y asesinados. Sus órganos eran vendidos en un espeluznante negocio para las clases de Medicina. Los Informantes reveló los detalles detrás de esta tragedia.

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“Los tipos mataban a los habitantes de calle con disparos, porque luego los vecinos testificaron que con frecuencia oían disparos, pero la muerte inicial era con un golpe con un palo. Era un mercado de la muerte”, reveló Humberto Mendieta, periodista barranquillero.

Este hecho sigue estando presente en la memoria de los barranquilleros, quienes, con dolor, intentan asimilar que un acto tan atroz sucedió dentro de una universidad, donde fueron encontrados cadáveres y restos humanos.

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Ocurrió en pleno Carnaval de Barranquilla


El día de los hechos, en una mañana de carnaval, Omar Hernández, un habitante de calle, testificó ante una estación de Policía que logró sobrevivir a tal masacre. Su relato era tan contundente, que las autoridades no duraron en acudir a las instalaciones para revisar lo que estaba ocurriendo.

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“Se trató de la muerte de personas que estaban en unas condiciones precarias de la sociedad...Empiezan a hacer un conteo de cadáveres y todos habitaban en las calles, por algunas características y porque, además, sus compañeros o amigos de oficio los reconocieron”, mencionó el periodista.

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En ese entonces, Medicina Legal y las autoridades identificaron a cada una de las víctimas, pese a que algunas estaban en avanzado estado de descomposición e irreconocibles. Por ello, realizaron la reconstrucción de sus rostros, para que fueran reconocidos y reclamados por sus familiares.

“Se habían inventado un negocio macabro que era asesinar a estas personas que tenían algún desarraigo. Era como una población que no echaba de menos a alguien...Lo que se sabe es que los mataban con el objetivo de vender sus cuerpos ahí mismo...Los estudiantes no sabían de la procedencia y probablemente los profesores tampoco”, afirmó Mendieta.

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¿Quiénes fueron los responsables?


De acuerdo con la investigación, la responsabilidad de los hechos recayó en los guardias de seguridad de la universidad, algunos de los cuales confesaron su participación. En el proceso quedó demostrado que ni estudiantes ni maestros, ni directivas tuvieron que ver con este delito.

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Miguel Bolívar Acuña, abogado penalista, fue el defensor de Eugenio Castro Ariza, quien era gerente administrativo de la universidad y fue señalado por haber firmado los cheques que habrían pagado por los cadáveres. “Logramos demostrar que los cheques que se giraban eran para problemas de la universidad. Él -Miguel Bolívar- giraba los cheques a la Facultad de Medicina...A los habitantes de calle les decían que les iban a pagar para que entraran a recoger la basura”, contó el penalista.

La Fiscalía determinó que los celadores de la universidad sí fueron responsables de los hechos. Algunos de ellos fueron condenados, mientras que otros fueron absueltos. Pese a las condenas, muchas de las víctimas no fueron reclamadas por sus familiares.

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