Colombia por miles de años ha estado sufriendo la guerra entre civiles, gobierno y grupos paramilitares. La tregua no cesa y cada día se ve el incremento de violencia en los lugares más escondidos del país, donde quienes mandan son disidencias de las FARC y no hay protección por parte del Estado para los habitantes. Después de la firma del acuerdo de paz el 24 de noviembre de 2016, a hoy, siguen los motivos de disputa. Alias Andrey Avendaño, señalado como el responsable del atentado contra el helicóptero del expresidente Iván Duque en 2021 , es el líder de las disidencias que ha estado sentado desde el principio en la mesa de diálogos de paz con el Gobierno Nacional y quien insistió que no va a haber una entrega de armas.
“Yo te puedo afirmar con plena certeza que las FARC hoy no están pensando en entregar armas ni pensando en desmovilización. Estamos pensando en mejorar las condiciones de vida para quedarnos en todas estas regiones produciendo, trabajando y haciendo algo útil para la nación”, afirmó Avendaño, comandante de las disidencias del Catatumbo.
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Este grupo ilegal se hace llamar Estado Mayor Central o EMC y hasta hace unos días el jefe máximo era alias Iván Mordisco, quien encendió la guerra en el Cauca, luego del asesinato de tres líderes indígenas. Se apartó de la mesa de diálogo cuando el gobierno mandó a atacar a los responsables y levantar el cese al fuego en tres departamentos. Desde entonces, esta guerrilla se dividió en dos, Mordisco acusa de traidores a los que aceptaron seguir las negociaciones. “De esas 6.000 unidades, hoy en el proceso podemos hablar de unas 2.500 unidades en el proceso de paz, el resto están por fuera. Para nosotros ellos, a diferencia de ellos con nosotros que han dicho que somos traidores, nosotros si los consideramos hermanos de lucha”, aseguró Andrey Avendaño a Los Informantes.
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Pese a la división de ideas, Avendaño rodeado de su tropa bien armada habló del acuerdo de paz, el incumplimiento por parte del Estado colombiano y su ideal del por qué pertenecer a este grupo delincuencial. “Las FARC es un proyecto, no es una cosa. Una cosa deja de existir y ya se acabó. Y esto es un proyecto de hombres y mujeres campesinos y campesinas de Colombia que creyeron en que era necesario armarse por la estigmatización y represión de los gobiernos en contra del campesinado porque se exigían derechos”, enfatizó.
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Andrey Avendaño nació en el Catatumbo, tiene 29 años y dijo que entró a la FARC cuando tenía 11 años. No pudo ir al colegio y afirmó que todo lo que sabe lo aprendió en la guerrilla. Era mando de escuadra de los antiguos grupos paramilitares y lo arrestaron en 2014, cuando tenía 19 años, se acogió al proceso de paz y salió de la cárcel en 2017, gracias a la amnistía. Pese a eso, volvió a retomar las armas, según él por el “incumplimiento al proceso”.
Hasta el momento el avance más significativo de la mesa de diálogo entre el Gobierno y el Estado Mayor Central ha sido el cese al fuego. “Parcializado se puede decir porque ni siquiera ha funcionado a nivel nacional porque el Gobierno lo ha suspendido por dos veces sin el consentimiento de los delegados nuestros. Es un proceso que uno dice parece que fuera de mentiras”, recalcó.
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Hace unos días, un colegio hecho por el EMC en Caquetá acaparó titulares en la prensa del país. Para algunos analistas esa es sólo una muestra de tantas de la consolidación del dominio territorial en diferentes regiones por parte de las disidencias ante la ausencia absoluta del Estado colombiano. “Nos ha tocado porque entonces, ¿Quién lo hace? Nosotros hicimos el puente de la vereda de Chiquinquirá, vamos a hacer la entrega en estos días de un puesto de salud. Acá tenemos un respeto entre las unidades de las FARC y el ELN”, confirmó.
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La paz total se ve cada día más lejana mientras Andrey insiste en que el interés de los hombres que representa es seguir en la mesa, pero cuestiona al Gobierno. “Siento que en el Estado no hay sintonía, el ministro dice una cosa, el presidente otra. No hay sintonía en cuanto a los objetivos de la paz total. Uno no es adivino, pero es lo que uno percibe que ya con este poco tiempo que hay no vamos a poder materializar nada”, concluyó.
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El cese al fuego pactado en la mesa de diálogos sigue activo en varios departamentos, pero termina el 15 de julio, sino continúa Andrey afirmó que la guerra “podría ser a otro precio”. ¿Estará Colombia condenada al eterno retorno de la guerra?
El próximo ciclo de conversaciones entre las disidencias y el Gobierno están a casi dos meses, sin embargo, hasta hoy, todo es incertidumbre.