Alejandro Rivas se pasaba la vida en los casinos apostando hasta la camisa, perdido en el mundo del juego, hasta que tocó fondo y empezó a correr. Después de una noche de infortunio, cambió una adicción por otra cuando encontró su sentido de la vida en el reto de llevar el cuerpo al límite. Pasó de perderlo todo en las cartas y la ruleta, a ganar las carreras de ultradistancia más exigentes del mundo. Cruzar la meta es su mejor apuesta.
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De jugarse todo lo que tenía en un casino Alejandro Rivas apostó que era capaz de terminar las cinco carreras más difíciles de ultradistancia, las más largas y las más exigentes del mundo antes de cumplir los 30 años y está a una competencia de lograrlo. Superó su adicción al juego y Los Informantes intentó seguirle el ritmo a un atleta que solo tiene en su cabeza hacer una apuesta, pero por la vida.