A los 60 años, Alberto Mishaan, empresario, deportista, un hombre sano y vital quedó completamente paralizado desde la cabeza hasta los pies y sin habla.
“Me siento a comer, me doy cuenta de que no puedo cortar la carne, me meto la carne a la boca, no puedo masticar, me paro para ir al baño y empiezo a arrastrar el pie izquierdo”.
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“Consiste en que entra una bacteria al cuerpo, en el caso mío fue una bacteria. El sistema inmune empieza a atacar y a destruir, pero el sistema inmune no se da cuenta de que acabó con la bacteria y sigue atacando, ahora, a los nervios”, explica con dificultad y un hablar lento Alberto Mishaan.
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El amor y la dedicación de su esposa e hijos fue su mejor medicina, pero también su mente, que decidió ordenarle a su cuerpo que debía responder.
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