Una familia estadounidense ha presentado una demanda alegando que los restos del padre de familia George Jonas, un veterano del ejército fallecido en 1993, nunca fueron enterrados en el cementerio familiar como se les había informado. Durante tres décadas, la familia visitó lo que pensaban era su tumba hasta que el mes pasado descubrieron la verdad.
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Deborah Uraga, la hija de Jonas y otros familiares, se enteraron de que los restos del veterano permanecieron en la funeraria en lugar de ser enterrados en el cementerio Mount Olivet en Nueva Jersey, junto a su esposa e hijos fallecidos, según información que obtuvo la revista People.
El veterano murió el 16 de mayo de 1993 y fue incinerado dos días después.
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Sin embargo, según la denuncia presentada el pasado 3 de julio en el Tribunal Superior de Nueva Jersey, la funeraria nunca trasladó sus cenizas al cementerio, manteniéndolas en su sótano durante 31 años.
Un veterano fue el que descubrió que los restos no se encontraban en la tumba
La revelación se produjo cuando un veterano de la Fuerza Aérea, involucrado en una iniciativa para encontrar restos no reclamados de veteranos, contactó a Uraga a través de redes sociales.
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El hombre informó que las cenizas de Jonas habían sido localizadas y que se buscaba a su familia para organizar un entierro con honores militares en el Cementerio de Veteranos local.
Al recibir este mensaje, Uraga experimentó una profunda tristeza y, al confrontar a la funeraria, confirmó que los restos de su padre aún estaban en el sótano.
La familia recuperó las cenizas y ahora buscan llevar el caso a los tribunales.
En respuesta a las acusaciones, la funeraria declaró que habían intentado comunicarse con ellos sobre las disposiciones finales, pero la familia sostiene que eso nunca ocurrió.
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