Dicen que los niños no le tienen miedo a casi nada y Emma Grace Camp no es la excepción. La niña visitaba con su familia un parque safari en Tennessee, Estados Unidos, cuando un par de avestruces se acercaron para comer de su mano.
Ella, sin prevención alguna, decidió abrazar a uno de estos majestuosos ejemplares. Ni el avestruz se esperaba semejante manifestación de afecto por parte de esta niña de tan solo tres años.
Opiniones divididas en las redes sobre este momento. Eso sí, hay que decirlo, un abrazo, es un abrazo.