¿Se escribe presidente o presidenta? La RAE explica cuál es la forma correcta

La Real Academia Española (RAE) es la institución que se encarga de mantener la integridad y coherencia a lo largo del tiempo del español. Desde su fundación en 1713, ha sido la principal autoridad en todo lo relacionado con nuestro idioma, asegurando que los cambios y adaptaciones que experimente no sacrifiquen la unidad que lo caracteriza en el ámbito hispanohablante.

>>> ¿Cuál es la forma correcta de escribir: porque, por qué, porqué o por que? Esto dice la RAE

Luego de que Claudia Sheinbaum se convirtió en la primera mujer en ganar la Presidencia de México, surge una pregunta alrededor de cómo referirse correctamente a su título: ¿presidenta o presidente? La RAE ha proporcionado una guía de orientación sobre su uso correcto.

¿Se dice la presidenta o la presidente?

La RAE menciona que ambos términos, "presidenta" y "presidente", son válidos para referirse a una mujer que ocupa la presidencia. Sin embargo, la preferencia recae en "presidenta" por su coherencia y adaptación al género femenino en español.

Este término sigue la misma lógica que otros sustantivos que se adaptan al género de la persona que los desempeña, como "jefa" de "jefe" o "alcaldesa" de "alcalde".

Históricamente, los sustantivos terminados en "e" no sufrían modificaciones según el género, dando lugar a "la presidente" y "el presidente". Sin embargo, la evolución del español ha llevado a una tendencia hacia formas más inclusivas y lógicas en su construcción gramatical.

Así, términos como "la presidente" pueden sonar arcaicos o incorrectos en el uso cotidiano actual, mientras que "la presidenta" se alinea con la adaptación de otros cargos y títulos en la lengua española.

>>> ¿Cuál es la única palabra en español que tiene 4 letras consecutivas en orden alfabético?

La adaptación de los cargos a formas femeninas no se limita al término "presidenta". Ejemplos como "directora" en lugar de "director", "ministra" en lugar de "ministro" y "senadora" en lugar de "senador" demuestran este proceso de aceptación y normalización en el uso cotidiano y formal del idioma.

La lengua, lejos de ser estática, evoluciona junto con sus hablantes, reflejando cambios culturales y sociales, como el creciente reconocimiento de las mujeres en roles de liderazgo.