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Un testimonio cambió la vida de un joven que se lamentaba de ser muy feo, lo que, según él, lo convertía en blanco fácil de ataques y burlas. Sin querer queriendo, su confesión terminó ayudándole a encontrar el verdadero amor.
Cuando David decidió compartirle al mundo un video titulado “Ser feo, mi propia experiencia”, jamás imaginó que le cambiaría la vida. El joven de origen sueco decía que recibía críticas y burlas a diario por cuenta de su aspecto físico, lo que generó una gran solidaridad traducida en millones de visualizaciones y miles de comentarios.
Pero uno en especial capturó su atención, el de Juli Romina, una argentina que le decía que le parecía realmente atractivo. Y el flechazo fue inmediato. Pese a vivir en dos puntos totalmente opuestos del planeta, estos dos corazones rotos por relaciones del pasado se encontraron para sanar y volver a creer en el amor.
Hoy, cinco años después, le comparten al mundo que se han casado y envían un mensaje contundente a quienes solo ven el envase y no su contenido, y es el hecho de querer a alguien tal cual es.
Ni la distancia, ni la enfermedad, ni los prejuicios de una sociedad plagada de apariencias han podido con este amor: el de una traductora y estudiante de Derecho con el hombre que se decía tan feo como para conquistar una pareja. Final feliz.
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