En Tailandia causa revuelo la reacción de su primer ministro, Prayut Chan-o-cha, quien roció desinfectante a periodistas para evitar contestar unas preguntas incómodas.
El político logró así que no le siguieran cuestionando por las vacantes en su gabinete, luego de la detención de tres de sus ministros, declarados culpables de insurrección.