El pasado 8 de enero una familia de Estados Unidos sufrió la dolorosa pérdida de Milo, la mascota de la casa, quien justo desapareció en medio del frío invierno en el estado de Michigan.
Después de 43 días de angustia, sin conocer el paradero de este Springer Spaniel inglés, un albergue de animales recibió la llamada de vecinos que alertaban ladridos en un profundo pozo desde hacía unos días.
Los miembros de la fundación Lost Paw acudieron al lugar para auxiliar al canino y, tras rescatarlo y cruzar información con la familia de Milo, descubrieron que era el animal desaparecido desde principios de año.
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La organización resaltó que es difícil saber qué tantos obstáculos debió sortear el perro, pero de lo que sí están seguros es que tuvo que sortear “temperaturas frías, tormentas de nieve, hambre y deshidratación”, algo de lo que su cuerpo es testigo, pues bajó unos 15 kilos.
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Lo que no perdieron ni él ni sus dueños, resalta la fundación, fue “la esperanza y esa esperanza finalmente los reunió” pese a que Milo estaba a más de 30 kilómetros de su hogar.