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Esta historia comienza reportando un fuego que fue provocado de manera accidental por Bolt, un perrito de servicio de dos años, que sintió curiosidad por lo que su dueño había dejado sobre la estufa.
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Sus patas delanteras se posaron sobre una de las perillas y la llama apareció, incendiando las cajas que reposaban sobre el fogón.
Eran las 4:43 de la madrugada cuando inició el incendio. El perrito Bolt solo observaba las llamas sin entender que él había sido el causante.
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El fuego se propagó rápidamente en la vivienda ubicada en Colorado Springs, Estados Unidos. Por fortuna, el propietario del canino logró reaccionar a tiempo para evitar una tragedia, al igual que sus vecinos que, alertados por una notificación de alto calor en sus celulares, actuaron rápido y llamaron a los bomberos, quienes hicieron presencia en cuestión de minutos.
Gracias a las cámaras de seguridad de la casa, el origen de la conflagración fue rápidamente identificado. El accidente tiene una moraleja: no dejar nada encima de la estufa.
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La buena noticia es que el perrito Bolt y su familia resultaron ilesos. Sin embargo, tendrán que vivir lejos de casa, por unos meses, mientras reparan lo consumido por las llamas.
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